Si mañana nos dijeran que en las gasolineras se cambiaban las unidades de medida y resolvieran pasar del litro a los 3/4, posiblemente comentaríamos que menuda tontería, nos encogeríamos de hombros y a continuación diríamos: “A mí póngame 30 euritos y tirando millas”.
Pero si nos contestasen que la “peguita” era que los 3/4 costaban lo mismo que el litro del día anterior, se monta la revolución, la de dios es cristo, y la toma de la bastilla, todas juntas y a la vez. Todos a coro diríamos que subir un 25% el carburante aprovechándose de una estratagema tan absurda es de juzgado de guardia.
Pues bien, nuestra querida Diputación lo ha hecho con los precios de los peajes de la AP-8 y nadie ha dicho esta boca es mía. Nos ha metido la subida aprovechando una nueva Norma Foral y la disminución de kilómetros del tramo a cobrar que en ella se estipulaba. El tramo que se reduce, lo hace en 5 kilómetros por el oeste, de ahí que el peaje de Usansolo se libere de forma definitiva.
Y no contentos con no aplicar el descuento correspondiente, al resto de los tramos les han aplicado un subidón de asustar. A modo de ejemplo, diré que el tramo acceso oeste-Iurreta tendría que haberse reducido de 2.09€ a 1.64€ y lo han dejado en 1.96€ , lo que supone una subida de más del 20%. Sí, sí, del 20% y en mitad de la crisis.
¿Que no se lo creen? Les aseguro que nadie de Diputación va a atreverse a refutarlo, porque igual, de paso, tiene que explicarnos todo el cuadro de tarifas y se termina atragantando cuando tenga que explicar por qué en otros tramos las subidas son mayores, o por qué hay kilómetros de autopista que son más caros para unos usuarios u otros en función de su origen o destino.
Sin trampas, digo los mismos kilómetros, ojo. Vamos, toda una historieta. En estos casos, siempre me acuerdo de aquellas famosas declaraciones de José Luis Bilbao en las que afirmaba que él nunca subiría los peajes por encima del IPC. Hijo mío, pues se te ha colado un cero.