Este junio, el Athletic se negó a sacar la gabarra para celebrar el quinto título de Liga de su equipo femenino. Una decisión que fue criticada por parte de la afición al considerarla una desigualdad hacia unas jugadoras que han cosechado numerosos éxitos. El alumnado de Maristak comenzó ayer el curso con la intención de compensar a las ‘leonas’ diseñando más de 100 modelos exclusivos preparados para surcar la ría.
Las herramientas, como de costumbre, eran las justas. Cartulina, plastilina, cinta adhesiva, un par de pajitas, globos y una bolsa de plástico. Lo necesario para producir un producto de calidad, si se cuenta con un buen diseño.
“Lo importante del reto que planteamos hoy, no es solo el resultado, sino todo el proceso para llegar a él”, explicó el nuevo director del centro durangarra, Daniel Irazola. “Generalmente cometemos el error de comenzar a hacer cosas sin un planteamiento previo, porque nos centramos en la acción. Por eso les pedimos que, antes de empezar con la construcción de las gabarras, presenten unos bocetos entre los que cada equipo debe elegir el más adecuado”.
Mujer e integración
De los más de 100 diseños que realizaron los distintos grupos de estudiantes, unos 25 pasaron a la final celebrada en el patio del colegio. Las gabarras debían atravesar, en el menor tiempo posible y sin contacto humano, unas pequeñas piscinas hinchables a modo de ría de Bilbao.
Unas gabarras que, para Maristak, además del vehículo para cumplir el reto, simboliza una serie de valores que se desea transmitir al alumnado. “Queremos hacerles ver la importancia de la perseverancia, la motivación, la amistad, la autoestima, la tolerancia y el trabajo en equipo. Y también, que sean conscientes de que hay ciertos ámbitos en los que la mujer tiene dificultades de integrarse”.