Los tesoros pictóricos de la última planta del Palacio Etxezarreta

Garazi-Arrizabalaga — Garazi Arrizabalaga.

Durango ha ampliado los fondos de su colección permanente de arte. Y nada menos que con un ‘Regoyos’, un cuadro que el artista asturiano pintó durante los años que vivió en la localidad. Una adquisición por la que el organismo autónomo Astarloa Kulturgintza ha abonado 120.000 euros procedentes de su remanente de tesorería a un coleccionista particular.

Pero el óleo ‘Mercado en Durango’ de Darío de Regoyos (Ribadesella, 1857-Barcelona, 1913) no es la única joya de la que se puede disfrutar bajo el artesonado del Palacio Etxezarreta, el edificio que se convirtió en sede del Museo de Arte e Historia en 1986.

Desde entonces, las paredes de esta coqueta sala proponen un interesante paseo por el arte vasco del siglo XX con referentes como Agustín Ibarrola, Rafael Ruiz Balerdi, Mari Puri Herrero, Darío Urzay, Andrés Nagel, José Luis Zumeta, Ramón de Zubiaurre o Nicolás de Lekuona, entre otros.

“La mayoría —por no decir todos— tiene obra en el Museo de Bellas Artes de Bilbao o en el San Telmo. Los cuadros que tenemos de ellos quizá no sean los más representativos, pero es una colección de arte bastante importante”, reconoce Garazi Arrizabalaga, la directora del espacio.

De hecho, a ella le da pena que estos tesoros pictóricos pasen un tanto desapercibidos en la última planta del palacio. “Hay gente que viene a las exposiciones temporales, pero no sube hasta arriba y se pierde lo que tenemos aquí”, enfatiza.

Otra realidad común a la mayoría de los museos es que esconden mucho más de lo que muestran. En Durango, alrededor de 900 obras permanecen ocultas en sus almacenes con un predominio notable de los grabados. “Pueden suponer más del 70% de los fondos, incluyendo los grabados que mostramos en la exposición de Chillida y los que tenemos de artistas como Mari Puri Herrero. También hay muchísimo sobre las guerras carlistas”, concluye Arrizabalaga.

Un mercado impresionista en Andra Mari

El cuadro de Regoyos revaloriza, indudablemente, la colección de arte del Museo. A pesar de que la obra llegó a Durango durante la primera semana de marzo y todavía permanece oculto en un almacén, ya se le ha reservado un hueco estratégico en la sala de exposiciones del último piso.

En concreto, se va a cegar una ventana para que pueda colocarse junto a Benito Barrueta. El sitio que cronológicamente le corresponde.

Además, la directora de la pinacoteca trabaja para que su presentación en sociedad sea en mayo dentro de una exposición dedicada al artista asturiano.

Regoyos vivió en Durango en dos etapas tras el ingreso de su mujer en el hospital de Santa Agueda, cerca de Arrasate.

El óleo adquirido por 120.000 euros, con unas dimensiones de 50×60 centímetros, recrea un día de mercado en el pórtico de Santa María. Pudo pintarse en el año 1907.

La anterior adquisición: un Zubiaurre

El Museo compró el cuadro ‘Durango’ de Ramón de Zubiaurre (1882-1969) en 1999 por 6,6 millones de pesetas (casi 40.000 euros). En los 22 años que han pasado desde entonces, no ha adquirido ninguna otra obra a pesar de que en 2007 sí se negoció por otro óleo de Regoyos titulado ‘Artekale’.

Nacido en Garai, la crítica Pilar Mur considera que Zubiaurre es “más colorista y expresionista que su hermano Valentín. Más optimista y alegre. Compartió con su hermano éxito y fama, así como una particular visión del País Vasco”.

Junto al de Regoyos, es el único cuadro de la colección permanente que hace referencia a escenas o paisajes de Durango.

herrero-zumeta-museo-durango — Obras de Herrero (izda.) y Zumeta (dcha.)

Lekuona, Zumeta, Ibarrola y Herrero

Garazi Arrizabalaga está convencida de que si Nicolás de Lekuona (1913 – 1937) no hubiera fallecido tan prematuramente en la Guerra Civil, “hubiera estado a la altura de Picasso o de Dalí. Era un tío de Ordizia que hacía unos collages y unas obras surrealistas maravillosas”.

Su trayectoria artística fue únicamente de cuatro años y, aun así, sus cuadros se han expuesto en el Museo Reina Sofía. En Durango se puede ver uno de sus dibujos surrealistas, datado en 1936.

En el caso de Agustín Ibarrola (1930), la obra es ‘Astillero’, de su etapa más comprometida socialmente, mientras que de Mari Puri Herrero (1942) se exhibe ‘El comedor’. También destaca el cuadro ‘Romería’, de José Luis Zumeta (1939-2020), que es un tríptico pintado sobre cartón “porque Zumeta no tenía dinero para lienzos en aquella época y, además, eran más fáciles de enrollar”.

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1 Comentario

Museo
5 abril, 2021 9:13 am

El cuadro de Herrero titulado “comedor” me maravilla. Suelo pasarme a verlo a menudo. A parte de otros cuadros animo a la gente a pasarse a visitar el museo por ejemplo para ver la maqueta medieval de Durango, merece la pena. Buen dia a todos

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