Nuestro diputado general se pasa

Nunca agradeceremos a la providencia el acierto que tuvo haciendo que nuestro Diputado General, que como el Guadiana, solo es visible a ratos, naciera en el pueblo que da nombre a esa ría a la que equivocadamente se le suele llamar de Gernika, porque si llega a nacer en Bilbao a estas alturas Madrid sería un barrio periférico más.

A su postura de “si no vienen fondos de Europa es igual, porque su coste lo financiaremos nosotros todo, se hará sí o sí”, refiriéndose a esa idea de construir un nuevo Guggenheim en la reserva de la biosfera que es Urdaibai, solo le ha faltado decir para remachar su prepotencia y falta de tacto demostrado, añadir, “con un par”.

Eso es lo que tiene como peaje el disponer de una mayoría absoluta en el gobierno de la ‘Diputapena’ que como aquel que empezó robando, pasó a distorsionar, siguió su carrera asesinando y acabó perdiendo los modales en la mesa. Y esto es lo que le ha pasado a nuestro principal diputado que, sintiéndose poderoso, ha perdido los modales que exigen una contención en las formas como corresponde a un político de manual, aunque en el fondo no se tengan en las formas de prudencia, moderación y humildad.

Rafael Hidalgo