Los saduceos y la gran banca

Una trampa saducea es aquella de la que siempre sales malparado, por ejemplo una pregunta del tipo, ¿sigue Ud. pegando a su mujer? Reflexione sobre los dos tipos de respuesta, la del sí y la del no. Si dice que sí, malo, y si dice no, es que reconoce que la ha pegado. En ambos casos Ud. pierde.

Pues la gran banca, sus verdaderos dueños, perfectamente podrían preguntar a los gobiernos de turno –en plan saduceo– en los siguientes términos, ¿seguimos actuando como hasta ahora, sistema que por su propia naturaleza produce crisis sistémicas en el mundo económico con el peligro que eso conlleva ?, ¿o reinventamos un nuevo sistema en el que todos los que manejamos este cotarro seriamos perjudicados en nuestros intereses particulares de manera notable, cosa por otra parte nada deseable?

Y esa es la cuestión de fondo y no otras. Desde hace ya tiempo el mundo viene asistiendo a una concentración de poder que además de dejar la economía cada vez más en menos manos, va reduciendo la libertad de los estamentos políticos o lo que es lo mismo, la bola se está haciendo de tal tamaño que los gobiernos, los Estados, están inermes ante ella y lo verdaderamente diabólico de esta situación es que las consecuencias de las crisis que provoca esta política la pagamos los ciudadanos cuando los gobiernos de los Estados tienen que acudir al rescate de un banco para evitar el pánico que produciría no hacerlo y con ello una caída del sistema económico como caen las fichas del dominó, en cascada y en rápida sucesión.

El peligro de esta situación estriba en que puede ocurrir que se produzca un pánico generalizado, no controlable y se ponga en marcha una estampida a modo de una de bisontes y el sistema se vaya al carajo provocando una crisis mundial de previsibles consecuencias. Un caos absoluto en los que perderán los de siempre.

Rafael Hidalgo