EH Bildu desliza otra posible ubicación céntrica para el Hospital de Día y el PNV “se planta”

Durango celebró ayer su último pleno de esta legislatura. Como no podía ser de otra manera, la tensión que ha caracterizado durante estos cuatro años las relaciones entre el Equipo de Gobierno (EH Bildu y Herriaren Eskubidea-Elkarrekin Podemos) y el bloque de la oposición (PNV y PSE) volvió a verse reflejada en el debate. El ambiente se relajó únicamente en el tramo final de la sesión, con Aritz Bravo y Julián Ríos tomando la palabra para despedirse.

El “plante” llegó por parte del PNV en esta ocasión. “Lo ocurrido ha colmado nuestra paciencia. Han sido cuatro años de desplantes, faltas de respeto y de democracia. Aunque encima del escenario todo son sonrisas y fotos, en la parte de atrás hemos tenido que soportar una total falta de respeto hacia el principal grupo de la oposición”. Con estas palabras, la concejala Josune Eskota quiso expresar el malestar de su grupo después de que EH Bildu y Herriaren Eskubidea hubieran declinado incluir en el orden del día la moción que habían presentado en la que se hacía referencia al Hospital de Día y otra de los trabajadores en huelga de Durango Kirolak.

Dicho y hecho. El PNV no se prestó a que su moción se votara por vía de urgencia y no volvió a tomar la palabra en toda la sesión. Ni en el debate de la contramoción que el Equipo de Gobierno presentó para hablar de la situación sanitaria de la comarca ni en el turno de ruegos y preguntas.

“Minuto de gloria”

Jesica Ruiz sí intervino en una ocasión, pero para reprochar al resto de fuerzas políticas “lo poco serio que me está pareciendo todo”. La concejala socialista aseguró no entender las otras posturas ante un “problema que tenemos en Durango, como es el de la sanidad pública”, y recriminó a EH Bildu y Herriaren Eskubidea que lo trataran por la vía de urgencia, “cuando estáis poniendo impedimentos a asociaciones y a los trabajadores de Durango Kirolak para poder participar”. “Es el último pleno, es vuestro momento de gloria y tenéis la cámara delante, que es lo que os gusta”, zanjó Ruiz.

Aritz Bravo y Jorge Varela se explayaron más. De hecho, el concejal de Herriaren Eskubidea se disculpó por tener un turno de palabra más largo que lo que se tarda en leer el informe “de ocho páginas” elaborado por el Departamento de Salud, a instancias del Parlamento vasco, sobre la situación sanitaria de la comarca.

“De chiste”

Ninguno de los dos ediles ahorró en descalificaciones al referirse al estudio: “Es de chiste”, “es una tomadura de pelo” y “es un insulto a la ciudadanía” fueron algunas de ellas.

Varela finalizó sus intervenciones reclamando más profesionales para cubrir los servicios médicos básicos, que se cumpla la ley que exige que el servicio de pediatría se ofrezca hasta las ocho de la tarde y una ambulancia medicalizada para la comarca. También acusó al PNV de dejar a la ciudadanía de Durangaldea “a su suerte” y de haberse opuesto, incluso, a ofrecer transporte directo hasta el Hospital de Gernika. “Los autobuses para fiestas sí que les resultan más sencillos de poner”, recalcó.

“Utilización partidista”

Bravo fue más allá y afeó la “utilización partidista y torticera de las instituciones” para justificar una promesa electoral del PNV de Durango. A continuación, y en su afán por demostrar que EH Bildu no busca torpedear el proyecto, citó Tabira y la antigua sede de ETB como posibles ubicaciones para el Hospital de Día que el Gobierno vasco ha planteado construir en Durango.

“Y si necesariamente tiene que ser en un espacio céntrico de la villa, como aparece en el informe, y a pesar de que nosotros no lo veamos pensando en la movilidad”, Bravo deslizó otra alternativa: el antiguo hospital de San Agustín. Nadie recogió el guante.