La Diputación Foral de Bizkaia financia este año con 39.000 euros las actividades organizadas en este sentido por la asociación de familias con necesidades especiales Geu Be. La subvención forma parte de los dos millones de euros destinados por el Departamento de Acción Social para garantizar el ocio inclusivo y el respiro de las personas con discapacidad.
La partida asignada a Geu Be tiene la finalidad de paliar los costes generados por los programas de ocio y respiro que organiza esta asociación de Durangaldea. Entre las iniciativas se incluyen la realización de colonias de verano, salidas de fines de semana, excursiones de día, estancias y acciones de acompañamiento individualizado dirigidas a personas con discapacidad.
La asociación trata de “dar respuesta a las necesidades de las familias de Durangaldea que tienen a su cargo alguna persona con cualquier tipo de discapacidad intelectual”.
La Diputación Foral de Bizkaia financia este año ocho programas por un importe total de 1.927.000 euros. La cuantía de las ayudas oscila entre los 465.000 euros asignados a Gorabide y los casi 40.000 euros de Geu Be.
Herramienta fundamental
Otras entidades beneficiarias han sido la asociación de padres de personas afectadas de autismo y otros trastornos del espectro autista de Bizkaia, APNABI (324.000 euros); la federación coordinadora de personas con discapacidad física de Bizkaia, FEKOOR (203.000 euros); la Fundación Síndrome de Down del País Vasco (228.000 euros); la Asociación Gaude en favor de personas con discapacidad intelectual (331.000 euros); la asociación vizcaína de ayuda a personas afectadas de parálisis cerebral ASPACE (227.000 euros); y la asociación vizcaína de familiares y personas con enfermedad mental AVIFES (110.000 euros).
Desde la institución foral señalan que estos programas “se convierten en una herramienta fundamental de inclusión tanto para las personas con discapacidad como para sus familias. A través de apoyos específicos, se les brinda la oportunidad de disfrutar y participar en actividades recreativas, culturales y en recursos naturales de nuestro territorio, fomentando su plena inclusión en la comunidad. Al mismo tiempo, estos programas se convierten en una fórmula de respiro para las familias, al permitir descansar a la persona cuidadora unas horas o días de su labor, mejorando su calidad de vida también”.