Caprichos de un corazón estrafalario

No voy a hablar de amor aunque la primavera esté, además de en El Corte Inglés, en el ambiente. Pero sí voy a hablar de corazones, especialmente de los rotos por las palabras que aquellos a los que nos han dado la oportunidad de juntarlas, por ejemplo en este blog, alguna vez hemos herido.

Uno tiene la tendencia a buscar en una rosa el pétalo imperfecto sin quedarse con la imagen general. A comprar las naranjas que más brillan sin pensar en que su sabor está en el interior. Sin darnos cuenta, caemos en hacernos una idea de la persona por su ropa aunque todo sea distinto al hablar. Y al escribir en un blog destacamos lo negativo, crítica constructiva desde la razón, sin pensar en que el corazón no entiende de razones aunque sí de construir. (Este párrafo podría ser el argumento de cualquier película de Disney)

Por eso hoy, echando la vista atrás, aunque solo hayan pasado unos meses desde mi primer post, quiero dedicar en positivo mis palabras a aquellos profesores que cada día ponen toda su energía en evitar la discriminación en los centros escolares y que sufren cuando ven que no lo consiguen, y a las madres y padres que con mejores o peores resultados han invertido todo su esfuerzo en educar a sus hijas e hijos. A las muchas políticas y políticos honestos que trabajan cada día por intentar mejorar nuestra sociedad. A los católicos que luchan por difundir el amor al prójimo, por la libertad de los pueblos, y ofrecen salud, educación y un medio de vida a aquellos que el sistema, sus gobiernos, la sociedad o el mundo en general hemos dejado de lado.

Quiero dedicar estas líneas incluso a aquellas y aquellos que no les gusta la patata de Amorebieta, por muy simbólica que me parezca a mí. Y por último, como capricho especial que tengo porque fue mi último post, a todas esas y esos jóvenes que se han esforzado en organizar un Gazte Eguna, un mercado de segunda mano, que colaboran en los actos del día del euskera o te montan una cronoescalada y que por supuesto no se pasan el día bebiendo, aunque espero que beban agua todos los días.

¿Invalida esto mis anteriores opiniones y posts?, ¿he cambiado de opinión sobre alguna de las cosas que he escrito? Por supuesto que no. Simplemente es el otro lado, el lado menos visible, porque especialmente a la hora de opinar, y yo el primero, nos centramos en destacar los fallos, los errores, las equivocaciones, lo negativo y lo intolerable. Totalmente necesario para construir un espíritu crítico pero a veces doloroso para los corazones de aquellas y aquellos que no nombramos en positivo. Para esas personas que desde esa institución, grupo, asociación, gremio de trabajadores o conjunto de humanos, orcos o elfos solo han dado lo mejor de sí mismos, con su mejor intención, y muchas veces sin pedir nada a cambio. A todos ellos, aunque suene estrafalario, feliz navidad (en su mejor sentido) en primavera.

Técnico de la Oficina de Información Juvenil de Amorebieta.