McDonald’s

Ahora que nos prometen abrir
pasos
peatonales que
atraviesen las antiguas vías del
tren para mejorar la accesibilidad
de Durango???

Ahora que tenemos
una ordenanza
para mejorar la
compraventa de productos en la
plaza del mercado de Durango???

Ahora que nos vamos
concienciando de que impulsando
el pequeño comercio
local, la villa genera
economía y actividad???

Ahora que poco a poco, muy
poco a poco, íbamos interiorizando
que el modelo productivo
expansivo no podía ser
infinito???

Ahora que poco a poco íbamos
percatándonos de que el
???american way of
life??? enriquecía a unos
pocos y empobrecía a nuestros
vecinos del sur y a nosotros
mismos???

Ahora que ya habíamos
empezado a palpar y a padecer el
cambio climático
y las consecuencias del
consumismo, irrespetuoso con el
medio ambiente???

Ahora que muchas personas
empezaban a mirarse
dentro de sí,
porque tenían más tiempo para
dedicárselo a ellas mismas y a sus
seres queridos???

Ahora que esa reflexión e
introspección
había comenzado a levantar
muchas conciencias contra el
sistema establecido???

Ahora que la
indignación
contra el modelo social se había
empezado a generalizar???

??? justo ahora, cuando menos
lo necesitamos, la multinacional
más multinacional pretende
acaparar el hambre y ocio de las
personas de Durangaldea.
McDonald???s, con
más de 58 millones de clientes al
día y más de 31.000 tiendas en
todo el mundo, podría abrir una
tienda en Iurreta.

???I don???t want this way
of life???, les diría a los
trajeados de la multinacional que
no han tocado un Big Mac en su
vida. Y tengo varias millones de
razones para renegar de sus
intenciones. Precisamente, tantas
razones como personas ha
intentando globalizar y
homogeneizar McDonald???s.

Alguien me dirá que por esa
regla de tres, tampoco puedo ir a
comer a un kebab o a un italiano.
Pero no es lo mismo, el ???italian
way of life??? no ha tenido los
tentáculos
imperialistas tan largos.

De todas formas, mi esperanza
es que cuando la gente vaya al
McDonald???s (y me incluyo, por si
acaso), vayamos como si fuéramos
de vacaciones a comernos una
hamburguesa a un sitio
exótico; y que en
nuestro día a día, sigamos
caminando hacia un modelo social
y alimentario más soberano.
Porque si este MacDonald???s nos
sirve para percatarnos de que la
hamburguesa de la carnicería de la
esquina es algo más saludable y
solidaria, la apertura del
establecimiento habrá servido
para algo.

En el fondo y en la superficie,
siempre me he preguntado que
tendrá la comida del McDonald???s,
que ejerce esa sugestión en el
público: ¿es la publicidad? ¿es el
sueño americano? ¿es algún
producto químico? Si alguien lo
sabe, que responda.

Julen Orbegozo kazetaria da