La violencia sexista también castiga a Durango

Llegamos al 25 de Noviembre, Día de la Violencia contra las Mujeres, y desgraciadamente también este año, más que celebrar, tenemos que lamentar distintos episodios de violencia sexista que se han sucedido en nuestro pueblo en los últimos meses.

El más grave, el asesinato de Jone, al ser empujada a la calle por su pareja desde el segundo piso de la antigua fábrica de Fundifes. Recientemente, hemos tenido noticia también de que en las fiestas, periodo en que las mujeres corren más riesgos de agresión, un joven intentó abusar de una mujer a la que había invitado a su casa. Y, por último, este pasado fin de semana, un menor ha sido detenido por patear a su novia de 16 años en Tabira.

Todo esto ha ocurrido solo en nuestro pueblo. Y esto es únicamente lo que ha salido a la luz. Imaginemos lo que se nos oculta. A la vista está que se trata de un problema de enorme magnitud, que exige ser abordado desde su raíz, esto es, desde el ámbito educativo. Porque, como los datos ponen continuamente en evidencia, no estamos ante un reto de orden público, sino ante un auténtico desafío cultural. Es una cuestión de valores, que exigen ser reorientados para que niños y niñas se socialicen en el respeto mutuo.

Las mujeres feministas exigimos que se intente combatir esta lacra con el esfuerzo y el rigor que merece. A las instituciones les reclamamos que persistan en sus empeños y no recorten ni un euro de las partidas dedicadas a la Igualdad con la excusa de la crisis. Y a la población le pedimos que tome conciencia y colabore para que la violencia desaparezca de una vez de nuestra sociedad. Nos jugamos la autonomía y la libertad de las mujeres del futuro.