La asociación Anderebide pide que se retire el cartel de la Emakumeen Bira por “sexista”

Me gustaría leer vuestros comentarios si en el cartel de la Euskal Herriko Itzulia se viera a Contador, Intxausti o el que sea poniendo morritos, lanzando besos o silbando. Tenéis el embudo ancho para algunas cosas y demasiado estrecho para otras. Y así nos va. El día que algunos hombres dejéis de justificaros empezarán a cambiar las cosas de verdad

Me parece que ciertos colectivos están absolutamente radicalizados y sacan las cosas de contexto. Al final van a conseguir el efecto contrario.

¿Si fuera un hombre lo pondrían en el cartel? Si es ésta la cuestión, que así lo parece para calificar la imagen de sexista aclararé:
1. No organizamos ninguna carrera de hombres. No sabemos lo que podríamos haber hecho pero seguramente en una de las dos imágenes que aparecen en alguna de las 29 ediciones que hemos celebrado hubiese salido Alberto Contador o Alejandro Valverde enviando un beso a su mujer e hijo(s) detrás de las vallas en la salida de alguna carrera.
2. Un beso es un gesto que va mucho más allá de connotaciones sexuales. Existen besos entre familiares, entre amigo(a)s, e incluso hasta entre políticos en otras culturas, que en lugar de darse la mano para saludarse se besan.
3. A los que dicen que a las ciclistas hay que “exponerlas” corriendo encima de la bici, aclararles que una carrera ciclista también va más allá de las 2-3 horas de competición. Desde que se levantan de la cama, desayunan, reciben el masaje, se acicalan, se quitan el chandall antes de salir, se ponen en la línea de salida (como es el caso) y arrancan. Y después cuando llegan a meta, se secan el sudor, suben al podium a recibir el premio si lo tienen, y regresan de vuelta al hotel.
Nuestra fotógrafa Maialen Zuazubiskar realiza un reportaje fotográfico con toda esa historia de la carrera y de todas las fotos que realiza, cada año elegimos las que más nos gustan, por su calidad, por su originalidad, por la simpatía que desprenden etc.
4. Y para finalizar, decir que en mi curriculum familiar cuento con un episodio que me permite aconsejar a más de uno(a) que a mí lecciones de feminismo, las justas.