Tras el colapso de la pasada semana en Durangaldea y ciñéndonos al cada día menos verde de mi valle, parece que hoy toca. Comentaristas en la web lo reclaman.
Del estado lamentable de las cosas, los sucesos indican que el accidente semanal de tráfico y la “manifa” feminista de los jueves entran dentro de la agenda comarcal.
En mi juventud (física) el bendito jueves era día de globos. Pero lo cantó el Nobel Dylan y a la tan recurrida cita de que ‘The times they are a-changin’, el muy jodido día de en medio se ha convertido en un grito morado contra la violencia machista.
Mensaje recibido de unas amigas muestran una foto y un titular sobre deporte femenino. El periodista de turno,por definirlo de alguna manera, comenta que la tenista Bouchard ha ganado a su oponente con un atrevido modelito dejando el ombligo al descubierto y una minifalda blanca y negra.
Pensaba yo que al rival se le gana con un imponente revés o alejándole de la red el mayor tiempo posible, tal como suele hacer Nadal. No creía ni de lejos que se pueda dominar a alguien por su indumentaria jugando al tenis. En el caso de las mujeres, eso parece.
También es cierto que ahora mismo en Australia es verano y seguramente habrá muchísimas mujeres que van por la calle mostrando el ombligo y las piernas. Si nos acercamos un poco a la playa habrá incluso quien enseñe las tetas. Diríase que el periodista no se ha percatado del momento. Ha visto unas imágenes en la tele y ha supuesto por las raquetas, que lo que practicaban dos deportistas era tenis y no ha ido mucho más lejos. Me he enterado de que la canadiense tiene un potente derechazo, después de leer más de veinte líneas.
Si se tratara de una asociación, me gustaría que el feminismo me considerase dentro del ámbito de “simpatizante”. Supongo que habrá por encima mío rangos como quienes son miembros, socias compromisarias y dirigentes.
No esperéis mucho más de la presente colaboración en durangon.com, porque únicamente puedo opinar sobre lo que conozco y hasta donde sé.
Me curo en salud con esto, para proponer a todo ese colectivo, que aprovechando la ocasión de esta odiosa cita vespertina de los jueves, en lugar de permanecer de manera estática tras una pancarta durante un buen rato, estudiaran la posibilidad de aprovechar ese tiempo en organizar algo activo: monólogos tipo club de la tragedia, muestrario de situaciones diarias, recortes de prensa tales como el mencionado más arriba, fotos, vídeos, etc.
Están en forma y se entrenan para transgredir, decía la pancarta. ¡Animo!