Mayores y escolares elorriarras se muestran encantados tras compartir experiencias comunes

“Lo más emocionante y lo que más valoramos ahora es que cuando nos vemos por la calle, nos reconocemos y nos saludamos”. “Es importante que nos conozcamos para ponernos caras y nombres”. “Ahora, cuando les vemos por la calle, sabemos quiénes son las nietas y nietos de nuestras amigas”.

Estas son algunas de las expresiones que se pudieron escuchar ayer en el acto de final de curso del encuentro intergeneracional ‘Sormening’, que ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Elorrio. Los comentarios fueron realizados por escolares o por personas mayores que han tomado parte en la iniciativa.

Las diferencias generacionales y el vivir inmersos en grupos sociales determinados por la edad establece distancias entre las personas que, en muchos casos no llegan a conocerse a pesar de residir en una localidad relativamente pequeña como es el caso de Elorrio. Esa situación ha variado sensiblemente después de que jóvenes y mayores hayan compartido sus experiencias en los encuentros ‘Sormening’ que por tercer año consecutivo se han desarrollado en la localidad.

Este año han sido más de 250 escolares de 3º y 4º de ESO de todos los centros escolares de Elorrio y del grupo de tiempo libre Intxorta quienes han tenido la oportunidad de compartir experiencias con casi medio centenar de personas mayores, tanto de las asociaciones de jubilados Berrio-Otxoa y La Esperanza, como del colectivo Bizigune y de la Residencia que gestiona la Diputación de Bizkaia a través de IFAS.

Aprendizaje mutuo

La iniciativa intergeneracional propiciada por Onditz y Lierni Mendizabal y Nestor Berrio-Otxoa, ha sido llevada a cabo con la pretensión de que jóvenes y mayores disfruten, compartan experiencias y aprendan conjuntamente. La experiencia ha recibido una valoración muy positiva tanto de las personas implicadas como del Ayuntamiento elorriarra.

El encuentro intergeneracional comenzó a ver la luz “al principio de la presente legislatura, cuando vimos que era necesario el trabajo conjunto entre diferentes generaciones”, según ha destacado la alcaldesa de Elorrio, Idoia Buruaga. En este tercer año los participantes han tenido la oportunidad de compartir experiencias singulares como jugar a cartas, salidas de practicar norwalking o al monte, acudir a bailes, realizar trabajos manuales, iniciarse en la poda de árboles o la realizar injertos, coser botones, tomar parte en diferentes juegos…

“Una experiencia maravillosa”

En el acto que ha cerrado esta edición algunas escolares reconocieron el temor con el que afrontaban la iniciativa. Es el caso de June, que “temía que el encuentro con personas mayores resultase aburrido”. Sin embargo, destacó que las actividades de manualidades realizadas con las personas que viven en la residencia le han permitido disfrutar de “una experiencia maravillosa”.

Poder desarrollar actividades con personas mayores que “te permite conocer algo de la vida que han tenido”, es uno de los aspectos que más ha llamado la atención a Celia, quien ha subrayado además que la experiencia le ha permitido comprobar que es posible “entablar una relación buena o mejor” con las personas con las que han compartido la experiencia.

Lourdes reconoce que tras superar las dudas iniciales que les generó la propuesta lanzada pon Onditz, “nos pareció que jugar a cartas con los escolares podría ser una actividad interesante, aunque resultó que pensábamos que nosotras les íbamos a enseñar a ellas y ha sido al revés”, ha reconocido. En el grupo también elaboraron “un mural en el que cada uno expuso sus impresiones y que, a nosotras, nos ha servido para sentirnos más jóvenes”.

Gregorio, por su parte, se ha mostrado encantado de poder compartir los ratos que ha disfrutado junto “a los chicos y a las chicas que han participado” en su grupo y propuso una nueva iniciativa para el próximo curso. Antes de reclamar a Buruaga “un local en el que poder llevar a cabo” su propuesta, ha mostrado su disposición “para enseñar a los más jóvenes a tallar madera”. Su invitación no ha caído en saco roto y media docena de escolares se han mostrado dispuestos a participar en el cursillo.