Era una vez América, un continente entre Alaska y el Estrecho de Magallanes que descubrió Colón pero tomó el nombre de América, por un geógrafo italiano llamado Américo Vespucio. Más tarde, hacia los años 1800, los que vivían entre New York, California, Florida y las Cataratas del Niágara decidieron que solo se llamaría América su propio territorio, y el resto serían trasteros y vertederos de “su” América.
Y luego, en el siglo XXI, su presidente, Donald Trump, ordenó que el dogma de su país sería “América First”, primero y por encima de todo América y solo América. la de los cow-boys, pistoleros y los comanches.
Y a todos los países del mundo, a casi todos, les dió por proclamar el mismo dogma: “Primero Europa”, decían unos. y cerraron el mar Mediterráneo,; “Primero Inglaterra”, y se apropiaron dee Gibraltar, las Malvinas, Hong Kong, y crearon la Commenwealt y ocuparon con sus barcos todos los mares.Y España intentó hacer lo mismo, pero no pudo; y nacionalidades,regiones y ciudades se empeñaron también en consagrar el mismo dogma:” Primero yo, solo yo, y a los demás que los parta un rayo”.
Y se montaron campañas electorales con el mismo dogma: No nos importa el Estado, decían las que formaban parte desde siglos un solo Estado, primero somos nosotros, las demás partes del Estado que se busquen la vida…
Claro que hubo momentos en que la solidaridad y la ayuda mutua rebrotaron: en 1936, miles de americanos y europeos alistados ene las Brigadas internacionales lucharon en España en defensa de la República, muchos de ellos venidos desde el país de Trump que ahora se ha reservado el nombre de América para su uso exclusivo.
Y el país de Trump, la América entre New York y California, el Niágara y la Florida, se sacó de la manga el Plan Marshall para reconstruir la Europa en ruinas. Y hubo un filósofo alemán que proclamó aquello de “Proletarios de todo el mundo, uníos”. Y se fundó la ONU, y la Organización Mundial de la Salud, y la UNEF, y la Organización mundial de Comercio….
Pero todos aquellos intentos fueron flor de un día, y surgieron murallas y concertinas por todos los mares y fronteras, al norte de Méjico, en Ceuta y Melilla, en Hungría, en Libia…Y el mundo entero se convirtió en un avispero…
Y en estas estamos. Y aquí estamos embarcados en una campaña electoral con el mismo dogma: “Primero yo, después, siempre y solamente yo”..