La asociación duranguesa contra la violencia machista Andereak quiere que el horror estruendoso de las mujeres asesinadas y maltratadas este año rasgue el celofán navideño. De ahí que, en su última concentración, vaya a recordar en una vigilia solemne con velas a todas las mujeres asesinadas durante 2024.
El acto tendrá lugar hoy, a las 18.30 horas, en Andra Mari, bajo el lema ‘Somos el grito de las que ya no están’. La asociación invita a la ciudadanía a acudir para rechazar la monstruosidad de la violencia contra las mujeres, que alcanza ya la cifra de 90 asesinadas a lo largo de 2024. También se condenará la violencia que padres maltratadores ejercen sobre los niños y niñas para dañar a las madres, la violencia vicaria.
La asociación feminista recalca que varias de estas mujeres asesinadas lo han sido en contextos de prostitución, una de las formas más extremas de violencia y de cosificación de las mujeres, y reclama la abolición. “Prácticamente toda la prostitución existente tiene su origen en la trata y es la pobreza la que conduce a las mujeres a ese infierno. No podemos hacer la vista gorda ante esta violencia, que es esclavitud, y tiene que erradicarse”, subrayan.
Andereak recuerda que la violencia machista adquiere muchas expresiones, desde los micromachismos mediante los que los hombres se aprovechan de los beneficios que el patriarcado concede a la masculinidad —mayor uso del tiempo libre y de los recursos económicos de la familia… —, hasta el maltrato físico y psicológico, la violencia sexual y el asesinato de mujeres.
Que la vergüenza cambie de bando
La crudeza de la violencia sexual se ha hecho evidente, según la asociación duranguesa, en el caso de Giséle Pelicot, quien fue drogada y prostituida por su marido, y violada por decenas de hombres “normales”. Ella quiso que la vergüenza cambiara de bando y se presentó en los juzgados a cara descubierta, en toda su dignidad, para servir de ejemplo a otras mujeres a las que la violencia de cualquier tipo mantiene sometidas.
La concentración también homenajeará a esta valiente y animará a todas las víctimas a proclamar que la vergüenza tiene que cambiar de bando y a denunciar a sus agresores. “Los hombres que ejercen violencia de cualquier tipo son los únicos culpables de la violencia”, recuerda Andereak.