Asun López ha vivido rodeada de libros. Desde muy joven, como lectora. Más adelante, al mando de la librería Urrike de Durango que pronto comenzará una nueva etapa tras la próxima jubilación de su propietaria. En más de cuatro décadas de actividad, le queda la satisfacción de haber realizado un buen trabajo y de atesorar una amplia clientela que ayudó a convertir su establecimiento en un referente en toda la comarca.
Alza la mano hasta la altura de los ojos. Así calcula que es la pila de libros que tiene pendiente de leer. Esto es quizás lo único que ha echado en falta en todos estos años: disponer del tiempo suficiente para zambullirse en las páginas de los miles de volúmenes que ha entregado a otras manos, desde principios de los años 80.
“Mi madre era bastante emprendedora y decidió que, como tenía tantos hijos, había que ponernos a trabajar, aparte de lo que ayudábamos en el bar Paco de Iurreta, que era de la familia”, recuerda Asun. “Así que compró un local frente al Instituto Fray de Zumárraga para abrir una librería, que se convirtió en la primera ubicación de Urrike”.
Por aquel entonces, Asun estudiaba magisterio. Cuando acabó la carrera tomó la decisión de dejar de lado un posible futuro como profesora y enfocarse en este nuevo negocio familiar, que alternaba con el bar junto a varias de sus hermanas. “Hubo unos años buenos, pero el problema que tenía ese sitio es que la gente de Iurreta está de paso y los de Durango no suelen bajar por allí. Así que vimos que era el momento de buscar un lugar más céntrico”.

En el año 2003 encontró un local adecuado en Kalebarria en el que poder asentar a Urrike hasta el día de hoy. “Fue meterse en una inversión grande, pero estoy muy contenta de haber hecho el traslado. Aquí hemos conseguido una buena clientela y convertirnos en un referente en Durangaldea, y algo más allá”, afirma.
‘Boom’ editorial
Desde su mostrador, la responsable de Urrike ha sido una testigo privilegiada de la evolución del mercado editorial, marcado por muchas tendencias. “Dentro de los géneros de ficción, se ha llegado a una sobreexplotación de las novelas policiacas desde la última década. Antes había más obras puntuales, de cualquier temática, junto a los clásicos”. Otro ‘boom’ que ha vivido es el de los libros de cocina “impulsados por todos los programas que la gente ve en la televisión”.
También ha podido observar la evolución de la propia clientela que, en ocasiones, se ha mantenido fiel a Urrike durante generaciones. “Hay quien ahora se acerca con sus hijos, recordando cómo iban a comprar en la anterior ubicación, cuando eran adolescentes. Se crea una relación muy buena, porque acabas conociendo la vida y los gustos de la gente, en un ambiente amigable”, sostiene.
Un logro que sólo se alcanza mediante un trato personal y cercano, imposible de conseguir en un comercio online. “Me piden recomendaciones basándose en los libros que les han gustado y les asesoro en lo que puedo, aunque no siempre se acierte a la primera. Pero para ello hace falta dedicar tiempo para hablar en persona, algo que se está perdiendo. Parece que se ha cogido la costumbre de quedarse en casa y comprar desde el ordenador”, lamenta.
Esos hábitos marcarán el futuro del sector, pero mirando al pasado Asun se lleva “una enorme gratitud a toda la clientela y a los amigos que han pasado por aquí. Y también el estar convencida de que he hecho un buen trabajo, porque he puesto en él todo mi corazón”. Una prueba de ello es la respuesta de la gente, apenada por dejar de verla al frente de la librería.
Jubilación activa
Queda el consuelo de que Urrike no cerrará sus puertas, tras un ‘cambio de guardia’ que se materializará el próximo junio. La persona que se hará cargo del negocio “empezará a pasar por la librería un mes antes, y durante ese tiempo seguiré por aquí, explicándole cómo funcionamos”, adelanta.
¿Y a partir de entonces? “Vivir un poco más tranquila, disfrutar del día a día, mejorar mi euskera y mi inglés, dar paseos… Tengo muchas cosas en mente”, asegura. “Pero, sobre todo, leer mucho más”.