“A diferencia de otros pueblos, las fiestas de Durango son tranquilas”

Juan Antonio Heredero. Goizalde Errasti. Nagore Arroita. Estibaliz Cámara. Los hermanos Ramón y Alexander García. Jon Andoni Gastón. Eneritz Bereikua. Carlos Arrondo. Son los nombres de los nueve voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja que acuden a la cita con durangon.com para hablar de los ‘Sanfaustos’ y su designación como pregoneros. Podían haber sido más. Muchos más. Tantos como los cerca de 200 que conforman la agrupación duranguesa de esta entidad benéfica.

“Lo vemos como un reconocimiento a nuestra labor”. No se equivocan. “Hemos querido recompensar la labor desinteresada de estos voluntarios durante las fiestas”, se apresuran a subrayar desde el Consejo de Fiestas.

Una actividad que no entiende de horas, imprudencias o excesos. Lo mismo están para atender los golpes y caídas durante las zezenak dira que para curas de poca importancia o comas etílicos.

“Afortunadamente, y a diferencia de otros pueblos en los que también nos toca estar, las fiestas de Durango suelen ser bastante tranquilas”, advierten. “Solemos estar los fines de semana como refuerzo de la ambulancia de Osakidetza y la verdad es que hay muy poquitos traslados. Como mucho, tres o cuatro avisos”.

Las zezenak dira son horas propicias para los sustos. Ni los propios voluntarios se libran de un tropezón con la cuerda o un brinco ‘in extremis’. “Hace varios años sí que le llegó a coger a uno”, narran, divertidos. Pero la anécdota que más veces han contado tiene que ver con un compañero de Mungia que llegó como refuerzo para las vaquillas y cuando fue a coger el coche, aparcado frente a la sede, se encontró con que le habían robado las dos ruedas traseras. “Ese sí que no ha vuelto… Al menos en coche”, bromean.

Como una familia

Es esta camaradería, precisamente, la que anima a la mayoría de ellos a seguir vinculados a la Cruz Roja después de varias décadas. “Tenemos la suerte de que somos un grupo veterano. Los que estamos aquí llevaremos quince años como mínimo porque, además de poder ayudar a la gente, hay muy buen ambiente. Somos como una familia”, explican Eneritz, Estibaliz y Alex.

La palma se la llevan Heredero, el actual presidente de la Cruz Roja-Durango, y Ramón García. Ambos empezaron hace treinta años para evitar tener que desplazarse lejos de casa para hacer la ‘mili’. El cambio desde entonces ha sido espectacular. “Antes primaba la rapidez. Llegabas, cargabas y salías volando”. En las ambulancias llevaban esparadrapo, una bombona con mascarilla, mantas y “varios tipos de tablillas para inmovilizar”, recuerda Ramón.

“Hoy en día -continúa- no arrancas hasta que el paciente está estabilizado. Se le presta atención ‘in situ’, se evalúa y si hace falta, se espera a otro recurso más avanzado. No sólo hemos mejorado muchísimo, sino que las ambulancias parecen hospitales móviles donde, de haber un médico y en caso de urgencia, hasta se podría operar”.

Integración

También la agrupación duranguesa ha evolucionado. Desde sus sedes de Amorebieta (Karmen, 31) y Durango (Zabale, 6) ya no oferta únicamente servicios de emergencia y rescate en la montaña. Desde hace varios años también impulsa los programas de acompañamiento a personas mayores Lagunkide y parejas lingüísticas de la mano de las técnicas de integración social Goizalde Errasti y Nagore Arroita.

En este caso, ellas sí perciben un salario por su trabajo para Cruz Roja. “Era la única manera de consolidar estos programas”, apunta Heredero. Errasti y Arroita coordinan a un centenar de voluntarios y voluntarias “sin los que nada de esto sería posible. Son el auténtico pilar de la casa”.

La oferta de la entidad benéfica se ha ampliado recientemente en Durango con la reactivación del área de juventud. “Nos pareció que podíamos plantear una alternativa más de ocio y tiempo libre para niños de entre 8 y 12 años”. En su primer año se apuntaron una treintena de chavales.

Un pregón “para todos”

Pero volvamos al txupinazo y a las fiestas. El balcón consistorial lucirá el próximo 12 de octubre una cruz roja en honor a una entidad con una trayectoria de más de medio siglo en Durango. Aunque aún no han decidido qué van a decir durante el pregón, tienen claro que será breve -“lo nuestro son las urgencias”- y que esperan estar acompañados de todas aquellas personas que han formado parte de esta historia.

“También queremos disfrutar de este momento con los voluntarios que ya no están porque esto es algo que hemos conseguido entre todos”.