
Tras las exposiciones protagonizadas por Foto Sol, Sabino Ansorena, Ricardo Doliwa, Foto Germán y la de Txelu Angoitia con comerciantes locales, el Museo de Durango ofrecerá hasta el 10 de enero una de ‘Foto Merino’. Es una forma de cerrar el círculo de las muestras que han visibilizado en estos años a algunos de los fotógrafos locales más reconocidos.
“Es una propuesta que me realizó José Ángel Orobio-Urrutia, el responsable del Archivo Municipal, y me pareció interesante”, desvela la directora del Museo, Garazi Arrizabalaga.
La exposición, titulada ‘Foto Merino. Objetivo Durango’, reúne más de medio centenar de instantáneas en blanco y negro de la década de los años 60 y 70 que retratan “la cotidianidad” de las personas que vivían en la villa. A través de un vídeo que hay en la entrada de la sala también se puede disfrutar de otro centenar de escenas que Carlos Merino plasmó con su objetivo.
Nacido en Labastida en 1934, se instaló en Durango con su familia a los 9 años tras un breve paso por Gernika. Su interés por la fotografía le llevó a realizar diferentes cursos de joven, aunque no pudo dedicarse de modo profesional hasta más tarde. Comenzó haciendo reportajes de bodas, comuniones y bautizos, y en la década de los 60 instaló un pequeño taller en su casa de la calle Carlos VI.
Trabajo como fotógrafo de bodas
La tienda de los soportales de Zumalakarregi 15 la abrió en 1968 y, a partir de 1973, se dedicó a la mar, aunque durante los periodos en los que volvía a Durango siguió trabajando como fotógrafo de bodas para Argazkari (Amorebieta).
El catálogo de la exposición ‘Foto Merino. Objetivo Durango’ está a la venta en el Museo al precio de 10 euros.
