Ni el hecho de ser lunes ni un amanecer gris han impedido a miles de personas acudir puntualmente a la feria de San Blas de Abadiño que ha vuelto a ofrecer la mayor variedad de productos de cercanía. Entre los puestos de frutas, verduras o queso, los puestos de talo y las carpas de ganado, el público ha vuelto a acompañar a un sector primario vasco amenazado por los nuevos hábitos de consumo.
Un apoyo, como el de hoy, que debe afianzarse a lo largo del tiempo, como defiende el alcalde de la localidad, Mikel Urrutia. “San Blas es una de las citas más importantes para el sector, pero no se puede vivir sólo de días como el de hoy. A pesar de que el impacto económico de la feria es muy grande, el resto del año también tiene que haber ingresos y para eso debemos comprar en los comercios locales y en productores de la zona”.
Respecto a las ventas, como en todas las ediciones del evento, había puestos con mayor o menos demanda. Aunque lo más significativo es, a juicio de la panadería Mañeko de Izurtza, “que la gente que suele comprar es la de mayor edad. Desde hace tiempo, los más jóvenes suelen venir a este tipo de evento para ver el ambiente, comerse un pintxo y tomarse un txakoli”.
A lo largo de la mañana, también se han otorgado los premios al mejor puesto de frutas y verduras, que ha recaído en Arizaga Baserria, y el de mejor decorado, que ha ido para Irigoinia Etxalde.