La durangarra Eider Uribe y la otxandiarra Ane Lopez están de vacaciones en Sri Lanka desde el pasado 12 de abril. El país asiático sufrió el domingo una cadena de atentados en varios hoteles e iglesias, principalmente en su capital Colombo. Las de Durangaldea, afortunadamente, no se encontraban cerca en esos momentos aunque dos días antes habían estado durmiendo junto a la iglesia de Negombo, donde también se produjo una explosión.
Según el último balance, han muerto 359 personas y más de 500 han resultado heridas en los que son los ataque más devastadores que ha sufrido el país desde que en 2009 acabara la guerra civil. “Cuando se produjeron los atentados estábamos haciendo un trekking en Ella, a 310 kilómetros de Colombo, y nos enteramos de lo sucedido cuando, después de regresar al hotel para desayunar, fuimos a pagar el alojamiento”, relata la concejala abertzale.
Los trabajadores del hotel les recomendaron que no fueran a Colombo y, como tenían pensado, cogieron el autobús para dirigirse a Tangalle, en el sur del país. Un trayecto de cuatro horas que tuvieron que hacer de pie por la cantidad de gente que se mueve en transporte público. “Sentimos miedo porque hasta el momento nos habíamos movido en transporte público, donde viaja gente de todas las religiones y siempre van llenos”, cuenta Uribe.
Buscando 35 bombas
Desde que llegaron al sur han decidido moverse en tuk-tuk o en taxi. “A pesar de estar lejos de la capital estamos evitando las aglomeraciones, sin coger transporte público y sin ir a las estaciones de autobús”. Además, unos amigos de allí les han informado de que la Policía está buscando 35 bombas que podrían estar en algún coche o camión y que ya han detenido a mucha gente.
Aunque al llegar a Sri Lanka no sintieron ningún tipo de inseguridad, ahora están en toque de queda y se recomienda no salir a la calle desde las ocho de la tarde hasta las cuatro de la mañana. “Notamos que ahora la Policía tiene más presencia en las calles, sobre todo en las plazoletas y en las tiendas”.
Nada más llegar, el 14 de abril, se celebraba el nuevo año budista y ese día estuvieron en Anuradhapura viendo sus templos. “Se nos pasó por la cabeza que esos sitios suelen ser clave para que haya atentados, pero no le dimos más vueltas, y mira lo que pasó al de dos días”.
“Nos recomendaron que nos volviéramos”
Ahora se encuentran en la costa sur del país, “no estamos yendo ni a templos ni a iglesias, hay algunos turistas, pero no es una zona muy masificada”. Por el momento, tras los atentados, no han variado mucho sus planes previstos. “Lo único que cambiamos fue la hora del safari que hicimos el Tangalle porque nos pillaba en el toque de queda”.
También procuran estar informadas a través de un grupo de Whatsapp de gente que ha viajado a Sri Lanka. “En el grupo se publican las últimas noticias y, aunque algunos nos recomendaron que volviésemos antes, teniendo el vuelo el próximo sábado decidimos que no, que aprovecharíamos al máximo lo que nos queda”.