
Si los pilotos miden su pericia en horas de vuelo, Gillen Oarbeaskoa Royuela podría acreditar miles de horas de estudio. El enorme esfuerzo realizado durante los últimos siete meses por este durangarra le ha otorgado la segunda mejor calificación en las exigentes pruebas de selección de MIR (Médico Interno Residente), entre los 12.200 candidatos presentados de todo el Estado.
Oarbeaskoa logró 191,33 puntos en el examen, que tuvo una duración de cinco horas y constaba de 225 preguntas de elección múltiple, más diez de reserva. A esa calificación, se le sumó el baremo académico de su expediente. El resultado le alzó al segundo puesto de la lista del MIR, pero alcanzarlo no fue nada sencillo.
“Empecé a preparar la prueba por libre en sexto de carrera y de manera más estricta desde junio. Han sido siete meses estudiando de lunes a sábado, unas doce horas diarias (entre temario, test y clases) hasta el último día. Ha sido un poco cansino”, relata.
Pero además del tiempo dedicado, para Oarbeaskoa ha sido muy importante mantener una férrea disciplina y ser mentalmente fuerte. “Es muy diferente a preparar la carrera, donde vas adquiriendo conocimientos progresivamente. En este caso, te formas específicamente para superar un examen de test y a descifrar las preguntas en el menor tiempo posible”, comenta.
Esta forma de trabajar, sin embargo, no se aleja mucho de los hábitos habituales del durangarra que siempre se ha tomado en serio los estudios y ha obtenido buenas calificaciones desde primaria, con una media de sobresaliente en la carrera. “La verdad es que tengo bastante capacidad de esfuerzo y sacrificio”, admite.
Nivel académico
Durante estos siete meses ha permanecido fuera de Durango, ya que se trasladó a Oviedo para preparar el MIR, localidad donde realizó la prueba. “A pesar de que nos prepararon muchísimo para afrontar el examen, acabé con la sensación de que era algo distinto a lo que me esperaba, sobre todo porque encontré algunas preguntas un tanto ambiguas. De todas formas, salí bastante contento y esperaba un buen resultado, pero me ha sorprendido para bien la nota final”, señala.
El segundo puesto logrado en las listas del MIR le facilitará enormemente escoger su próximo destino “y también para agrandar el propio ego”, bromea. Su objetivo es realizar la especialidad de Hematología y Hemoterapia en un centro hospitalario de Madrid. “Conocí la materia en la facultad y lo que más me atrajo fue la combinación de la clásica relación con el paciente con el trabajo de investigación que se realiza en el laboratorio”, explica.
El joven durangarra cursó sus estudios de Medicina en la facultad de la UPV en Leioa, en la rama de euskera y realizó el segundo ciclo en la Unidad Docente del Hospital Universitario de Cruces. Junto a él, otro estudiante de la UPV logró colocarse entre los diez primeros puestos de la lista, el guipuzcoano Eñaut Aguirre, que quedó en sexta posición.
“A pesar de que siempre nos quejamos de todo, también hay que reconocer que hay cosas que se hacen bien. Tanto Leioa como Cruces suelen obtener buenos resultados en el MIR, algo que atribuyo al nivel del profesorado que no sólo enseñan adecuadamente sino que te motivan para que mejores”, afirma.
Sin duda, motivación no le falta. Sin apenas tiempo para reponerse de todo el esfuerzo realizado, estos días asiste a unos encuentros de oncología de Bilbao y tiene pendiente visitar los hospitales madrileños por los que tiene más interés “para decidirme por alguno de ellos. Después me cogeré unos días de vacaciones para desconectar completamente”.
Zorionak Gillen!!!!!
Zorionak Gillen!!!!!