Un estudio arqueológico en un caserío de Berriz halla restos de una cabaña del siglo XII

“Joya arqueológica”, “tesoro del patrimonio vizcaíno”, los calificativos no cesaron para describir la importancia de los restos hallados en el caserío Besoitaormaetxea de Berriz. La investigación, llevada a cabo entre el Ayuntamiento de la localidad, Gerediaga Elkartea, la empresa Gakoa y la ayuda de la Diputación, ha permitido sentar las bases de la evolución del estilo de vida en el caserío vasco.

Los estudios de Besoitaormaetxea, situado en el barrio Sallobente, se iniciaron en el año 2014 a raíz de un proyecto de renovación del edificio. Los hallazgos “prueban por primera vez, científicamente, la evolución del caserío vasco”, afirmó ayer la arqueóloga Teresa Campos, de Gakoa. “Gracias a los restos que se han podido datar sabemos que ya en el siglo XII existía en ese mismo lugar una edificación anterior, una cabaña de planta rectangular. Es más, la investigación demuestra que Besoitaormaetxea es un buen ejemplo del origen y evolución del modo de vida del caserío vasco, en sus distintas etapas”.

En las catas arqueológicas del 2014 se pudo analizar todo el suelo del caserío, algo que no es habitual. “Normalmente los sondeos se realizan en una superficie de unos pocos metros. En gran medida, esa es la razón por lo que la investigación de Berriz ha dado tan buenos resultados”, apuntó Campos.

Entre los elementos descubiertos destacan: Agujeros de poste, un silo, evidencias de lo que fue el firme de la cabaña, cimentación del primer caserío de piedra, restos de la cuadra y el lagar.

El trabajo arqueológico se completó con estudios estratigráficos, modelajes en tres dimensiones y tanto flotaciones como dataciones radio-carbónicas. Gracias a la prueba del Carbono 14 se ha demostrado la existencia de una cabaña rectangular en el siglo XII, en el mismo lugar donde se ubica actualmente el caserío. Las técnicas estratigráficas han mostrado una cabaña anterior a esa fecha y de aspecto redondo, pero sin una datación definitiva por falta de materia analizable.

“Joya arqueológica”

La diputada foral de Euskera y Cultura Lorea Bilbao calificó este hallazgo como “una prueba más de la riqueza que esconde Bizkaia. Se ha vuelto a localizar una joya, elementos que nos llevan a entender mejor lo que fuimos y lo que somos, nuestras formas de vida, nuestra cultura. Conocer bien nuestras raíces, los hábitos de nuestros antepasados es fundamental para construir una sociedad rica en cultura y en valores.”

Un “tesoro” que la localidad de Berriz presenta “con orgullo”, en palabras de su alcalde Roland Isoird. “Lo importante ahora es darle valor y mostrar su importancia a la ciudadanía. Esto es algo en lo que debemos esforzarnos más todos los estamentos implicados para que la gente comprenda la riqueza de nuestro patrimonio y nuestras raíces. En Berriz llevamos varios años trabajando en este sentido”.

La presidenta de Gerediaga Nerea Mujika quiso reconocer el esfuerzo de una localidad “que puede servir de ejemplo en el Duranguesado”. “La colaboración con las instituciones es imprescindible. Podemos tener los mejores profesionales y los estudios más profundos, pero si no hay financiación ni colaboración entre los distintos entes, ninguno de estos proyectos salen adelante”, zanjó.

Visitas y presentaciones

Para divulgar estos hallazgos, desde Gerediaga se han promovido varias iniciativas, más allá del estudio académico. La asociación ha diseñado un folleto con una explicación de la evolución de Basoitaormaetxea, con ilustraciones de Imanol Larrinaga. Además, se ha producido un vídeo sobre la investigación con la ayuda del Ayuntamiento berriztarra y la fundación Labayru.

Junto a estas iniciativas, se ha programado una visita guiada para este viernes, a las 19.00 horas, abierta a toda la ciudadanía. Un recorrido que se repetirá en octubre, dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio.