Un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y Euskal Prospekzio Taldea recuperó ayer dos restos óseos de un combatiente de la Guerra Civil en las inmediaciones de la cima del monte Saibi, en Abadiño. El hallazgo pertenece a una extremidad inferior, al parecer se trata de un único fémur roto en dos, y se ha localizado y en la capa superficial del suelo, próxima a una pista.
La documentación y los testimonios que se conservan de la Guerra Civil hablan de los cruentos combates que se produjeron en la zona, entre el 6 y el 15 de abril de 1937, por el control de la cima de Saibigain, un punto estratégico desde el punto de vista militar. Diversas publicaciones recogen, además, testimonios de cómo, tras las diferentes batallas, el lugar quedó plagado de cadáveres, de ahí su sobrenombre de ‘el monte de la sangre’.
Al tratarse de una zona protegida como Parque Natural, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos solicitó un permiso para poder acometer los trabajos de prospección a la Diputación de Bizkaia. A la vista del resultado positivo de la campaña, se ha renovado el permiso para continuar con estos trabajos.

Así, además de los restos óseos exhumados ayer, en la campaña de prospección llevada a cabo por Euskal Prospekzio Taldea en la zona, se han encontrado restos de metralla y munición, así como objetos de carácter personal como hebillas y restos metálicos de la indumentaria de los combatientes.
Las labores de exhumación contaron con la presencia del lehendakari, Iñigo Urkullu; la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa; y la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro. También acudieron otras representantes políticas como la alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe, y la portavoz parlamentaria de Podemos, Miren Gorrotxategi.
Fecha “heroica”
La batalla de Saibigain del 14 de abril de 1937 “representa una de las fechas más heroicas en la lucha del Euzkadiko Gudarostea. Estamos en deuda con aquella generación, queremos, podemos y debemos saldar esa deuda”, expresó Melgosa. Buscar, localizar, exhumar e identificar esos restos es, en sus palabras, “el primer paso para hacerlo”.
Es necesario también, según Melgosa, rendirles homenaje “recogiendo su testigo, comprometiéndonos también nosotros en 2024, aquí en Saibigain, con los mismos valores por los que dieron su vida: la libertad, la democracia, la justicia social y los derechos humanos”.