Tras vivir durante 47 años en la ‘Abade-etxea’ del Santuario de Urkiola, el sacerdote Joseba Legarza iba a abandonar en quince días este lugar para trasladarse a la residencia de Venerables de Bilbao. “Así podré estar con Bittor”, subraya la web del Obispado que decía en referencia al obispo emérito Garaigordobil, que con 101 años había marchado del parque natural meses atrás.
Lejarza, nacido en Lekeitio hace 84 años, ha fallecido esta noche. Menos de 72 horas después de haber celebrado el domingo su última eucaristía junto al gazteiztarra Antón Madinabeitia en Urkiola. Aunque eran los dos últimos sacerdotes que quedaban en el Santuario vizcaíno, ambos tenían ya las maletas preparadas para abandonar el que durante tantas décadas había sido su hogar.
“Tantas emociones en los últimos tiempos han debido pasarle factura”, han comentado a durangon.com personas que tomaron parte el fin de semana en los actos que se organizaron en Urkiola en econocimiento a su labor y la de Madinabeitia.
Legarza ha muerto donde aprendió “a vivir la dimensión contemplativa con más profundidad”, tal y como él mismo apuntaba recientemente en una revista diocesana. Misionero en Los Ríos desde 1962 hasta 1971, Urkiola era para él “una continuación de la misión emprendida en Ecuador”.