“He pasado mucho tiempo fuera de casa y ya es hora de disfrutar de la familia”

Igor Astarloa ha abandonado recientemente el ciclismo profesional a sus 34 años. Debutó hace ya una década en el equipo italiano Mercatone Uno con Pantani como jefe de filas y, en su palmarés, destaca con mayúsculas el título de Campeón del Mundo en ruta que consiguió en 2003. El pasado mes de enero recibió en Ermua, su localidad natal, un emotivo homenaje como despedida a su carrera en el que tomaron parte Indurain y Gorospe, entre otros ciclistas.

– ¿Cómo te sientes ahora que has abandonado el ciclismo profesional?
– Feliz y con un poco de pena a la vez, pero son momentos que llegan y hay que asumirlos.

– ¿Ha sido una decisión dura de tomar o era algo que llevabas meditando desde hace tiempo?
– Bueno, no es algo que tenía pensado. Está claro que algún día tenía que llegar, pero tal vez hubiese podido correr uno o dos años más. Aun así, la situación por la que está pasando el ciclismo no es la mejor económicamente ni por el tema del ???doping???, por lo que opté por dejarlo. Y la verdad, con los días que estamos teniendo ahora de frío y nieve, se agradece no tener que salir a entrenar.

– ¿Hasta qué punto ha perjudicado el ???doping??? al ciclismo en los últimos años?
– Creo que se ha hecho una bola demasiado grande. Estoy de acuerdo con que se hagan controles, pero hasta cierto punto. Las nuevas normas hacen que los ciclistas estemos todo el día controlados. Por ponerte un ejemplo, si yo un día estoy en Berriz y al día siguiente me voy a Barcelona, tengo que notificarlo, porque a la tercera vez que no me localicen estoy expuesto a una sanción. Todo me parece un poco excesivo, porque no creo que deba dar cuenta a nadie de dónde estoy a cada momento y porque el número de controles que nos obligan a pasar es muy elevado. En mi opinión, se les ha ido un poco de las manos y están haciendo mucho daño al ciclismo.

– ¿Qué destacarías de tu carrera como ciclista?
– Me quedo sobre todo con lo que he podido vivir gracias al ciclismo: viajar, conocer sitios, gente nueva…

– ¿Cuáles eran tus puntos fuertes y tus puntos débiles encima de la bici?
– Creo que era un corredor muy fuerte en las clásicas de un día y flojeaba en las carreras de tres semanas, en las contra-reloj y en las etapas de montaña.

– Habrás vivido momentos buenos y malos a lo largo de estos años, ¿subrayarías alguno en especial?
– Como momentos buenos, destaco todas las carreras que he ganado por todo lo que suponen, y, como malo, el año 2008. Fue muy duro para mí por todo lo que viví.

– Llegaste a correr junto a ilustres ciclistas como Marco Pantani. ¿Qué destacarías de su persona?
– Yo le tenía mucho aprecio y era todo un ídolo en Italia. Creo que era una persona humilde y un gran escalador. Para mí era todo un campeón. Fue una pena cómo terminó.

– ¿Has dejado muchos amigos en el pelotón?
– Lo que son amigos, pocos, pero sí he tenido mucha relación con algunos. Por ejemplo, con Pedro Horrillo, que dejó a la vez que yo el ciclismo, con Aitor Galdós, Amets Txurruka… Nos juntábamos mucho para entrenar y ahora les tendré que ver un poco desde fuera.

– ¿Tienes intención de seguir vinculado al ciclismo?
– Bueno, sigo montando en bici y, por ejemplo, este fin de semana he estado en Barcelona disputando una carrera de mountain-bike. He disfrutado mucho y seguiré disfrutando de la bici, pero creo que desde fuera. He pasado mucho tiempo fuera de casa a lo largo de los años y creo que ya es hora de disfrutar de la familia. Además, yo soy una persona a la que le gusta estar en casa.

– ¿Cómo se ve el mundo del ciclismo desde fuera?
– La verdad es que he desconectado un poco. No lo sigo tanto como cuando salía a entrenar cada día y me juntaba con la gente para comentar quién había ganado esta carrera o la otra. Seguramente irán pasando los años y vendrán corredores nuevos que no llegaré a conocer.

– El mes pasado recibiste un homenaje en Ermua, en cuyo transcurso se celebró una marcha ciclista en tu honor. ¡Una bonita despedida!
– Yo llegué el viernes de un viaje y sabía que el sábado había algo preparado, pero no me podía imaginar algo como lo que viví. Allí, además de vecinos y amigos del pueblo, estaban corredores ilustres como Indurain y Julián Gorospe, por ejemplo, y otros que siguen todavía en activo. Dimos unas vueltas y fue muy bonito. Estoy muy feliz, ya que decir adiós al ciclismo de esta manera siempre se agradece.