
Mariano Estudillo regresa a Durango en febrero, después de cinco años, para subirse por primera vez al escenario de San Agustín kultur gunea. Y lo hace por la puerta grande. Con la última función de la compañía A pie de Obra de ‘Bodas de sangre’, de Federico García Lorca, y con Antonio Malonda, director de la adaptación y referencia indiscutible en el mundo del teatro, en el patio de butacas.
“Malonda ha sido maestro de grandes actores como Josep María Pou y Blanca Portillo. También fue director de Geroa, de ahí que queramos aprovechar su estancia en Durango para reunir a quienes formaron parte de la compañía”.
Arantza Arrazola, responsable de San Agustín kultur gunea, reconoce que no ha sido fácil poder contar con Estudillo en la programación del teatro porque el joven actor y músico durangués ha tenido la suerte de trabajar en espectáculos de gran formato “que no nos podíamos permitir”. ‘En el estanque dorado’, con Lola Herrera y Héctor Alterio, o ‘Las amistades peligrosas’, de Darío Facal, con Edu Soto y Carmen Conesa, son dos ejemplos de ello.
“Con ‘Bodas de sangre’ también hacemos un esfuerzo porque es una obra coral, con trece personas en escena y música en directo, pero había interés por las dos partes y seis meses después hemos podido llegar a un acuerdo”, explican Arrazola y Mari Jose Balier, presidenta de Astarloa Kulturgintza.
Fecha mágica
El encuentro será finalmente el 18 de febrero, “una fecha que va a ser mágica porque, además de actuar delante de la familia y los amigos, es el cumpleaños de mi madre”, menciona Estudillo. Lejos quedan ya las clases de saxofón en el Conservatorio de Durango o los concursos de monologuistas del bar Basoa de Matiena que cimentaron su vocación y que le llevaron a trasladarse a Amsterdam a estudiar teatro musical.
“Ha sido algo que siempre me ha gustado desde que tengo recuerdos. Tanto es así que, después de ver ‘Indiana Jones’, me pasé dos meses queriendo ser arqueólogo. En mi familia nunca ha habido actores, pero sí músicos. Somos gente con poca vergüenza”, bromea.
Estudillo atesora un ‘curriculum’ importante a sus 26 años. Y no sólo en el teatro. También ha participado en series como ‘Amar es para siempre’ o ‘Vive cantando’ y en películas como ‘La herida’ (Fernando Franco, 2013) o ‘Un otoño sin Berlín’, de la zornotzarra Lara Izagirre.
Teatro clásico
“He tenido la suerte de estar sin parar durante cuatro años”, admite. “Y enfatizo lo de suerte -añade- porque es evidente que detrás de todo esto hay trabajo y dedicación, pero también es verdad aquello que dicen de que hay que estar en los sitios en el momento adecuado”.
2016 ha sido más tranquilo. “Se notaba que no había presupuestos y que estaba todo bastante parado”, de ahí que haya aprovechado este ‘impasse’ para seguir formándose en teatro clásico, esgrima y canto. “El verso me apasiona. Se asemeja al jazz”, reflexiona al tiempo de anunciar su siguiente reto: presentarse a las pruebas de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Mientras, y a la espera de poder debutar frente a los suyos, sustituirá al también durangués Eneko Sagardoy en las funciones en Madrid de ‘El último tren a Treblinka’, de Vaivén Producciones.