Corea del Sur acogerá del 6 al 9 de octubre el Campeonato Mundial de Carreras de Drones, con una dotación de 100.000 euros en premios. La competición no se ha disputado desde 2019 por restricciones relacionadas con la pandemia y, en aquella ocasión, se celebró en China.
Un durangués de 29 años y tornero de profesión será uno de los cuatro pilotos de todo el Estado que ha conseguido clasificarse para el campeonato tras ganar en Galicia el Open Nacional y quedar segundo en la World Cup Santiago GP. Se llama Fabio Raris y todavía está impactado por compartir carreras con algunos de los ídolos, como el coreano Minchan Kim (Mckfpv), al que lleva tiempo siguiendo en Redes Sociales y otras plataformas. “Es un fuera de serie. En Estados Unidos lo ha ganado todo”.
Su afición por este deporte comenzó después de que “hace cinco o seis años” le compraron un dron de juguete por Navidades. “Empecé a ver vídeos por Youtube, leyendo tutoriales y preguntando en foros y grupos de Telegram. La gente te ayuda un montón, así que acabé haciendo mi primer dron con mis propias manos”.
La adrenalina fue cada vez a más hasta el punto de que su pareja, en ocasiones, se arrepiente de haberle hecho aquel regalo. El día a día de un piloto de drones no es fácil por distintas razones. La primera porque, al ser un deporte poco profesionalizado, deben asumir todos los gastos, incluyendo los viajes a los campeonatos. “Hay marcas que nos hacen algún descuento en las piezas, pero poco más”.
Los equipos y los materiales tampoco son baratos, “y eso que la mano de obra la pongo yo”. Un pack con unas gafas y la emisora con la batería y el cargador correspondientes te puede costar alrededor de 1.000 euros. A ese precio hay que añadir el de los drones, que pueden chocar o quedarse enganchados en cualquier momento. “A Corea llevaré seis, así que el presupuesto no es poco”.
Exhibiciones
Otra dificultad con que se encuentran es la de encontrar espacios al aire libre donde poder entrenar. “Nos gustaría poder llegar a algún acuerdo con algún Ayuntamiento para poder volar sin problemas. Entre montar y desmontar el circuito tardamos un montón de tiempo y si a eso le añades que las baterías se acaban porque no suele haber tomas de corriente…”.
El piloto durangarra, por su parte, estaría dispuesto a ofrecer exhibiciones junto a compañeros suyos en las fiestas de la zona. “Sería una forma de darnos a conocer más y, al mismo tiempo, entretener a la gente con algo diferente”.
Mientras el Campeonato está a la vuelta de la esquina, Raris sueña con que alguna institución o patrocinador le ayude a financiar “al menos parte del viaje” a Corea del Sur. Su intención es disfrutar de la experiencia de competir junto a los mejores pilotos del mundo y “tratar de hacerlo lo mejor posible”. Que así sea.