“Innovar y evolucionar es algo natural en Maristak”

Maristak ikastetxea afronta una nueva etapa con Daniel Irazola al frente de su dirección. El centro de Durango, nacido hace 112 años para dar respuesta a las necesidades del Duranguesado de la época, sigue con su constante actualización para superar los desafíos que depara el futuro.

“Los retos a los que nos enfrentamos hoy en día no son los mismos que hace unos años. Los actuales tienen que ver con un tipo de sociedad diferente, una educación más social y colaborativa y con una economía basada en el aprendizaje”, explica. “Si queremos que nuestra comarca sea reconocida dentro del marco de Euskadi, e incluso Europa, tenemos que dar respuesta a esas necesidades desde muchos ámbitos, entre ellos el educativo”.

El centro de Durango dio un paso pionero en el año 2002 creando su propio modelo metodológico, el Maristak Learning System (MLS), con el sistema sueco como referencia. “Lo reformulamos a nuestra realidad, añadiendo el factor de la creatividad. Funcionamos así sintiéndonos un poco solos hasta hace seis años, cuando se comenzó a percibir la necesidad de un cambio en todo el sistema educativo”, recuerda Irazola. “Entonces empezamos a colaborar con gente con nuestras mismas inquietudes y con el Gobierno vasco a través del centro de innovación Teknika. Juntos creamos un modelo de trabajo más elaborado”.

Pero, ¿por dónde empezar a realizar cambios y hacia dónde dirigirlos? Para el nuevo director de Maristak, es necesario analizar en profundidad el nuevo escenario educativo. “Debemos adecuar nuestra infraestructura a las nuevas necesidades y eso significa adaptar nuestra forma de trabajar con el alumnado y nuestra formación como docentes. La estructura de aula tradicional tampoco nos vale, ni la clasificación por asignaturas que hemos conocido. Queremos que las clases se parezcan más a la imagen de empresas como Google, con grupos de gente trabajando en un proyecto en común”.

Camino recorrido

Aplicar ese ambicioso sistema “llevará años”, admite Irazola, pero Maristak tiene la ventaja de “todo el camino que hemos recorrido ya. Hace poco hicimos una reflexión estratégica sobre nuestra historia y creamos un mapa del tiempo con todo lo logrado desde nuestros inicios. Comprobamos que todas las épocas han estado llenas de cambios y que innovar y evolucionar es algo natural en nuestro centro”.

De hecho, ya hace tiempo que los resultados se perciben entre su alumnado. “Con nuestro modelo de enseñanza hemos logrado que el periodo de adaptación al mundo laboral se haya reducido considerablemente. Los estudiantes salen ‘rodados’ y son capaces de trabajar en proyectos y asumir responsabilidades inmediatamente”, destaca.

En Maristak tienen claro que no pueden permanecer estáticos ante un futuro lleno de incógnitas, pero también de oportunidades. “Vamos a empezar a mirar menos hacia atrás y más hacia adelante. Hay mucho trabajo por hacer, pero tenemos tiempo, ganas y equipo”.