
Zaldibar se prepara para conmemorar mañana el primer aniversario del derrumbe del vertedero de Eitzaga, que segó las vidas de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. Un año en el que todavía no se han recuperado los restos del segundo trabajador mientras persiste el temor sobre los daños causados en la salud de la población del entorno y en el medio ambiente.
La indignación social y la exigencia de responsabilidades por lo sucedido se reflejarán en las movilizaciones programadas en diversas localidades. En Zaldibar comenzarán a las 13.15 horas, con una ofrenda floral y dantzaris en la plaza consistorial, y en Ermua, a las 17.30 horas. También habrá actos en Zalla, Markina, Eibar, Etxebarria, Elgeta y Mutriku organizados por la plataforma Zaldibar Argitu.
El Ayuntamiento de la localidad, que ejercerá como acusación particular en el juicio por el derrumbe, ha reafirmado su deseo “de conocer cuanto antes lo ocurrido en el vertedero, para poder dar así una respuesta tanto a la familia de las víctimas como a la sociedad zaldibartarra”.
Para el Consistorio, gobernado por PNV y PSE, la prioridad “siempre ha sido la localización de los desaparecidos tras el derrumbe. Tras localizar a Sololuze el pasado agosto, el objetivo principal debe ser encontrar a Beltrán”. Por ello, ha solicitado al Gobierno vasco “que destine todos los esfuerzos necesarios” y ha mostrado su “más sincera cordialidad” a las familias de los fallecidos.
EH Bildu de Zaldibar coincide en esas peticiones y mensajes de solidaridad. Además, ha pedido que se inste a las instituciones implicadas a realizar mediciones de aire, agua y suelo de forma actualizada, y que los resultados se hagan públicos. Igualmente, y a petición de la población de los barrios Eitzaga, Sallabente y Olarreaga, ha solicitado reconocimientos médicos específicos para los habitantes de esas zonas.
12 meses de espera
Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán desaparecieron hacia las 16.00 horas de aquel fatídico 6 de febrero de 2020. El desprendimiento del vertedero gestionado por Verter Recycling se llevó, junto a estas dos vidas, toneladas de tierra y árboles que bloquearon la autopista. Una vía donde, milagrosamente, no hubo que lamentar más daños personales, aunque en los primeros momentos no se descartó la presencia de algún vehículo sepultado.
Las tareas de rescate y retirada de escombros comenzaron esa misma jornada, hasta el descubrimiento de la presencia de amianto entre los residuos, momento en el que se suspendieron los trabajos. No sería hasta una semana más tarde cuando se recomendó a la población de la zona que no hicieses deporte al aire libre ni ventilaran sus hogares, a la vez que se producían incendios espontáneos en el vertedero.
Las movilizaciones y las exigencias de depuración de responsabilidades comenzaron poco después, así como las denuncias contra Verter Recycling por daños medioambientales. En mayo, la propia Comisión Europea se comprometió a investigar los hechos en los que detectó “irregularidades”. Un mes más tarde, se imputó al dueño de la empresa, José Ignacio Barinaga, a su sobrina y administrativa, y al responsable técnico por delito de homicidio imprudente.
No sería hasta mediados de agosto cuando se descubren los primeros restos humanos entre los escombros que, después de su análisis, se determina que corresponden a Alberto Sololuze. La prioridad pasa, en ese momento, a la recuperación del cuerpo de Joaquín Beltrán del que se continúa sin tener indicios.