La escasa oferta de ocio infantil y juvenil preocupa en Durango

Más parques cubiertos. Más alternativas de ocio para que los locales no sean el único refugio de la juventud durangarra. Son quejas que se escuchan desde hace años en Durango, pero que no habían cogido peso colectivo hasta hace pocos meses. Un caldo de cultivo que se agitó con la petición que Alaitz Arizaga realizó en octubre de 2014 a través de change.org para que la villa contara con más parques infantiles cubiertos y que acaba implosionando con Durangoko Familiak.

“En un fin de semana, 1.500 personas pidieron formar parte del grupo que abrimos en Facebook”, recuerda María Oñate, impulsora de la iniciativa junto a la propia Alaitz Arizaga, Gotzone Merino, Naiara Zabal, Julen Orbegozo y Gaizka Uriarte. “Ahí fue donde fuimos plenamente conscientes de que había mucha más gente que pensaba como nosotros”.

Previamente, los seis habían coincidido en una asamblea que convocó EH Bildu en el colegio de Landako para debatir sobre la situación de los parques infantiles. “Teníamos similares inquietudes. Echábamos en falta más infraestructuras cubiertas y también que hubiera más alternativas, por lo que decidimos empezar a organizarnos para canalizar ese malestar”.

Convencidos de que un movimiento así solo tiene sentido desde la participación ciudadana, a mediados de noviembre celebraron su primera asamblea en San Agustín. Allí dieron a conocer los resultados de una encuesta en la que habían tomado parte 577 padres y madres con unas puntuaciones reveladoras. La oferta de ocio para adolescentes, por ejemplo, tenía una nota media de 2,71 sobre diez y la infantil, de 3,45.

Reunión con el Ayuntamiento

Tras darse a conocer públicamente y asentar las bases de su funcionamiento, el siguiente paso era constituirse legalmente y tender puentes. A falta de un trámite administrativo, Durangoko Familiak ha echado a andar ya como asociación y ha solicitado una reunión con la alcaldesa, Aitziber Irigoras, que se celebrará probablemente en febrero. “Queremos trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento como asociación apolítica, de ahí que hayamos tomado la iniciativa. La alcaldesa nos propuso distintas fechas y hemos contestado afirmativamente a una de ellas”, apunta Oñate.

A la espera de ese encuentro, Durangoko Familiak ya ha lanzado dos propuestas. La primera, poder hacer uso de Landako Gunea todos los días que no esté ocupado el pabellón. “El año pasado, el txiki-park se abrió desde mediados de febrero hasta mayo, pero creemos que tiene más sentido que lo podamos utilizar en invierno y preferiblemente, todos los días, no solo los fines de semana”.

La segunda propuesta tiene que ver con una demanda que les plantearon un grupo de jóvenes aficionados al parkour, una disciplina en auge que consiste en salvar cualquier obstáculo urbano mediante saltos y volteretas. Aunque se les suele ver habitualmente por Ezkurdi, los días de lluvia no pueden entrenar y piden poder hacerlo bajo techo, en el polideportivo.
Durangoko Familiak ha recogido su demanda y la ha trasladado al Ayuntamiento, pero no han obtenido respuesta por el momento. Oñate reconoce que les hace “especial ilusión” que los propios jóvenes se hayan dirigido a la asociación al verles “como posibles interlocutores”.

Alternativas a los locales juveniles

Al margen de estas dos iniciativas, y como planteamiento general, su propósito es dar una vuelta de tuerca a las políticas vinculadas al ocio infantil y juvenil. Recuerdan en este sentido que en Durango hubo una ludoteca que se cerró por falta de asistencia, pero también advierten que “las necesidades van cambiando y quizá ahora pueda funcionar algo que antes no funcionó”.

Es por ello que se les abren los ojos al ver la oferta de otros municipios de la comarca como Amorebieta o Elorrio. “Lo que pedimos es más sensibilidad y que nuestros jóvenes y niños tengan alternativas y espacios donde poder disfrutar de su tiempo de ocio, sin necesidad de tener que alquilar un local y encerrarse allí para poder interactuar con gente de su edad”.