“La fantasía de Durango es ser el hogar de la cultura vasca”

El público demostró ayer tener un insaciable apetito de fantasía y llenó Landako Gunea desde primera hora para ser parte de la 58 edición de la Durangoko Azoka. Hasta el próximo domingo tendrán a su disposición 950 novedades culturales, además de conciertos, charlas y múltiples actividades.

Las colas para acceder al recinto de los stands y a Plateruena –donde se desarrollan las actuaciones musicales– llamaban la atención desde primeras horas. Una elevada afluencia de personas que sorprendió a la propia organización, para completar una jornada con un sol radiante que acompañaba a participar de esta fiesta de la cultura.

Tras la apertura de Landako Gunea y la inauguración de la Euskal Denda en la plaza del mercado, el foco se trasladó a San Agustin kultur gunea para celebrar el inicio oficial de la Durangoko Azoka. En el exterior, residentes del barrio de San Fausto se concentraban para reclamar que siga adelante el proyecto del centro cívico.

El acto de inauguración contó con las intervenciones de la alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe; el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria; la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; y la presidenta de Gerediaga Elkartea, Nerea Mujika.

‘Fantasía’ fue la palabra que más se escuchó en sus disertaciones, en referencia al lema de la presente edición de la feria. Para Elkoroiribe, que agradeció los esfuerzos de todas las personas y entes involucrados en el éxito del evento, comentó que “la fantasía de Durango es convertirse en el hogar del euskera y de la cultura vasca. Ese es nuestro deseo”.

Llamamiento a la juventud

Zupiria y Etxanobe, por su parte, resaltaron que el lema de este año era muy apropiado y definía muy bien al evento, “ya que la fantasía es lo que mueve el proceso de creación”. Mujika concluyó realizando un llamamiento a la juventud para que tomen parte en las propuestas organizadas por Gerediaga: “la Durangoko Azoka también es vuestra”. Y no sólo para participar en ella, si no para colaborar en “el impulso de la cultura vasca”.

A continuación, el escenario de San Agustín ofreció la performance creada por la artista plástica durangarra Amaia Lejarreta compuesta por una combinación de danza vertical y bodypaint a cargo de Janire Etxabe, y con música de Inés Osinaga.