LAB ha hecho público un comunicado en el que denuncia la saturación de los centros de menores “por la escasez de plazas” y asegura que esta realidad no es “una novedad” ni pasa “inadvertida” para la Diputación de Bizkaia. Harresiak Apurtuz, por su parte, pide al organismo foral que “dé respuesta a las necesidades reales” de estos niños y niñas que están siendo tutelados y también reclama que no se “criminalice a todo un colectivo “por un hecho puntual”.
Tras el incendio desatado el martes en el centro de acogida de Amorebieta, de titularidad foral, el sindicato abertzale es de la opinión de que “los hechos ocurridos son la crónica de una muerte anunciada por sindicatos, trabajadores y trabajadoras e, incluso, por personal técnico de la Diputación”.
A su entender, la escasez de plazas deriva “en un incumplimiento de la normativa que debe regir en cuanto a ratios, medidas preventivas en materia de salud laboral para los y las trabajadoras y en los programas de acompañamiento y educativos de los menores. Más si cabe, cuando este tipo de centros se han convertido en un cajón de sastre con diferentes perfiles”.
Por esta razón, LAB critica “el modelo de servicios sociales de la Diputación Foral de Bizkaia, de gestión privada y con escasa financiación de acuerdo con la necesidad existente” y cuestiona que los menores hayan sido derivados a otros centros. “¿Es ésta la solución de la Diputación sobresaturar el sistema? ¿No garantizar las obligaciones que tiene con estos menores y con las personas profesionales?”, remarca.
Empaña los esfuerzos
Tras el incendio, Harresiak Apurtuz (Coordinadora de ONG de Euskadi de apoyo a inmigrantes) ha querido condenar públicamente este “intolerable incidente”, pero al mismo tiempo hace hincapié en que un “hecho puntual” no “debe criminalizar a todo un colectivo” .
“Queremos subrayar nuestra convicción de que este tipo de conductas ensombrece y empaña los esfuerzos e intenciones de la inmensa parte del colectivo de menores atendidos por los servicios forales, que buscan una oportunidad de vida y convivencia en la sociedad vasca”, advierte.
Harresiak Apurtuz muestra también su solidaridad con los vecinos y vecinas de Amorebieta que, a pese a “la artificial alarma social que algunos medios y partidos políticos quieren fomentar, mantienen una actitud tolerante e integradora”.
Por último, la coordinadora señala que la situación en la que viven algunos de estos menores atenta contra sus “derechos más básicos” por la carencia de garantías para acceder a a educación, exceso de burocracia, ausencia de referencias afectivas o dificultades para recibir atención sanitaria.