
En una de sus acepciones, el diccionario de la RAE define el sustantivo leyenda como aquella “persona o cosa muy admiradas y que se recuerdan a pesar del paso del tiempo”. Y la Pasión de Durango va sobrada de esas personas. No en vano han sido capaces de mantener el espectáculo en cartel durante tres décadas (la obra únicamente se suspendió durante dos años en pandemia) con el único soporte de ofrecer una alternativa de ocio a la Semana Santa local.
No ha sido una tarea fácil y la falta de relevo generacional se ha agravado en los últimos años. Tanto es así que hace pocos meses estuvieron a punto de arrojar la toalla por falta de actores y actrices. Durangoko Pasiñoa nació en 1993 de la mano de un grupo de durangarras que fundaron la asociación Juan de Iciar para recuperar las representaciones que se hicieron en la localidad entre 1961 y 1965.
Para conocer en profundidad los entresijos de un proyecto así hablamos con dos mujeres que se engancharon a la obra desde sus inicios y con la actual presidenta de Juan de Iciar.
Josune Goienetxea
“No concibo una Semana Santa sin Pasión”
Es junto a Iñigo Pastor y los hermanos Bastegieta, de los pocos actores y actrices que han permanecido en activo durante los treinta años. “Quizá haya dos o tres más de los que ahora mismo no me acuerdo, pero de lo que sí estoy segura es de que nosotros cuatro sí llevamos toda la vida haciendo la Pasión”. Además, es la única superviviente de la junta directiva que se creó en los años 90.
Poco dada a aparecer en reportajes periodísticos, ha sido durante todo este tiempo una de las indispensables en la ‘intendencia’ de la Pasión de Durango. “Empecé haciendo de sirvienta porque un amigo de la cuadrilla (Roberto Asategi) nos animó a participar. Después asumí el papel de Juana y de ahí pasé a hacer de pueblo. Y luego a la ‘intendencia’, como tú dices”.
No hay pequeño o gran detalle de la obra que no pase por ella. Lo mismo se encarga de captar gente que de coordinar el montaje o estar pendiente de las subvenciones. Y para colmo este año, también se encargará de la dirección del espectáculo junto a Susana Alarcón. “¡Alguien lo tenía que hacer y nadie parecía dispuesto!”, admite.
A Josune se le nota cansada y así lo verbaliza por primera vez. “Me quiero bajar del carro. No dejarlo del todo, porque siempre voy a estar ahí para colaborar, pero siento que hace falta gente con ideas nuevas en la junta directiva”.
Respecto a lo que ha supuesto el espectáculo en su vida, reconoce que “me ha dado mucho. He hecho grandes amigos y la realidad es que no concibo una Semana Santa sin Pasión. Sin duda alguna, y mira que estoy cansada ahora mismo, lo positivo suma mucho más que lo negativo”, concluye.
Susana Alarcón
“Que haya un relevo es sano para cualquier asociación”
Aunque ha sido la última de las tres en llegar, lleva once años en el espectáculo y siete de ellos como presidenta de Juan de Iciar. “Mi prima Mariola (Fernández) nos animó y acabamos toda la familia dentro. Empezaron mi marido y mi hijo mientras yo me quedaba en casa con el ‘peque’ de 3 años, y luego ya me apunté yo también. Piensas eso de ‘al menos voy a hacer bulto’ y acabas de presidenta”, sostiene Susana, entre risas.
Hasta entonces no había oído hablar mucho de la obra –“alguna vez sí que había ido de público a verla”–, pero el tiempo que lleva le ha dado para hacer un máster intensivo. “Empecé como voluntaria, ayudando con la ropa y sin ninguna responsabilidad. Lo que más me gustó es lo bien acogida que me sentí. Hay gente que piensa que somos un grupo cerrado, pero de eso nada. Allí cada cual vive la obra a su manera y además te da la oportunidad de hacer una actividad muy diferente a las que haces habitualmente en tu vida”.
Susana fue una de las que se animó a tomar las riendas de la asociación cuando la anterior junta directiva decidió que no seguía y le tocaron vivir los años complicados de la pandemia. Los últimos meses también han sido especialmente duros y, como Josune, cree que ha llegado ya el momento de ceder el testigo. “Imprescindibles no somos ninguno y que haya un relevo es sano para cualquier asociación”, asegura convencida.
De cara a próximas ediciones, “y si de soñar se trata”, pediría más gente, dinero suficiente como para poder renovar el vestuario, dar una vuelta al guion y alguna representación en euskera. Mientras, se tendrán que conformar con el cambio de decorado que han programado para este año. “Vamos a sustituir los tablones de madera que se ponen en la calle del río por una tela más moderna y liviana”.
Jone Arana
“Ojalá sigamos con la obra dentro de 30 años”
Empezó con 12 años en la Pasión y no ha vuelto a faltar a la cita con la plaza de Santa Ana. “Nos llevaron a ver el ensayo general de la obra en el colegio cuando la recuperaron y me gustó tanto que incluso fui a ver otra función ese mismo año. Entré a participar la Semana Santa siguiente porque aita habló con Joseba Iriondo y fue cuando me apunté”.
De aquellas primeras representaciones recuerda que participaba mucha más gente y eso hacía posible que hubiera más personajes. “Con el paso de los años, al ser menos, también se han ido quitando algunas escenas”.
Con el teatro como asignatura pendiente “para cuando me jubile”, Jone hará este año las veces de Malco (el sirviente del Sumo Sacerdote que colaboró en el arresto de Jesucristo) y de Ciego. Frente a otras Pasiones, como la de Balmaseda, Jone considera que la de Durango tiene el “extra” de que se hacen tres funciones en un espacio con gradas “para que la gente lo pueda ver cómodamente”.
Respecto a los difíciles momentos que vive el espectáculo, la joven tiene claro que no es un problema que afecte únicamente a la asociación Juan de Iciar. “En el Orfeón Durangués también nos ocurre lo mismo. La gente quiere que haya cosas, pero no se quiere implicar porque tiene otros planes. Antes, en Semana Santa, todo el mundo se quedaba en el pueblo, pero ahora no es así”.
Por ello, pide varios deseos para el futuro: “Que sigamos haciendo la Pasión dentro de otros 30 años, que haya personas suficientes para no tener que asumir dos papeles y que el pueblo llene la plaza de Santa Ana”.
Reparto de la Pasión de Durango
María: Izaskun Astondoa
Verónica: Susana Alarcón
Ángel: Alex Carrizosa
Judas: Marcos Echarte
Juan: Fernando Areitio
Pedro: Diego Souchar
Caifás: Aitor San Antón
Anás: Aitor López
Ismael: Félix García
Ananías: Sergio Royuela
Pilato: Fernan Atutxa
Claudia: Irati Pérez
Herodes: Mikel López
Herodías: Lorea Segovia
Salomé: Itxasne Larrinaga
Juana: Izaro Álvarez
Capitán: Ekaitz Areitio
Ciego I y Ciego II: Iñigo Pastor, Xabier Arana y Jone Arana
Líctor: Juan Cruz San Antón
María Madalena: Rosi López de Etxezarrreta
Cleofás: María Luisa Carrizosa
Dimas: Mikel Herrero
Gestas: Andoni Lago
Malco: Jone Arana
Apóstoles: Javier Markiegi, Juanjo Villate, José Andrés Casado, Juanjo Fondado, Julio López, Ramón Molina, Melchor Vicario, L. José Bizkarra y Alejandro Rodríguez
Legionarios: Joseba Carrera, Mikel Herrero, Markel Leanizbarrutia, Eneko García, Guillermo Garate, Alejandro Romero y Nora Escoz
Soldados: Mireia López, Andoni Lagos, Ane Gómez, Markel Irazola, Adrián Agudo y Danel Carrizosa
- Representaciones: 16,17 y 18 de abril. 21.00 horas. Plaza de Santa Ana
- Directoras: Josune Goienetxea y Susana Alarcón
- Entradas a la venta en el teléfono 747 477 417
- Días de ensayos: lunes y miércoles, a la misma hora y el mismo lugar que las funciones.