
Los Carnavales de Durango ya no son lo que eran pero mantienen algo de aquel antiguo sabor gracias al esfuerzo de Kriskitin, que cada año se encarga de emular en las calles los tradicionales ‘Aratusteak’ de la villa con la comparsa de ‘Surrandis’ y el ‘Hartza’. Estos personajes tomarán mañana de nuevo el Casco Viejo.
En efecto, fue este grupo de danzas y de investigación del folclore local el que en el año 2000 recuperó algunos de los elementos más significativos del antiguo Carnaval durangués: el Oso y la Comparsa de Surrandis.
Son éstos unos personajes, similares a los de otros Carnavales vascos, que se encargan de molestar a cuantos transitan por las calles a esas horas a golpes de vejiga o chaleco. La única manera de librarse de ellos es cobijarse bajo el pórtico de la iglesia de Andra Mari, convertida en zona de seguridad frente a los ‘ataques’.
Una gran nariz
Los surrandis, llamados también ‘mascaritas’, reciben esta denominación por la gran nariz que les caracteriza. Hoy en día se les representa por medio de unas máscaras policromadas que los miembros de Kriskitin confeccionan y portan cada año.
A diferencia de los Carnavales antiguos, en que salían el martes, en esta nueva etapa desfilan el sábado y lo harán de nuevo mañana. Los participantes se reunirán en los locales de ensayo de Kriskitin, en la trasera de la plaza del mercado, a las seis de la tarde.
Con Jaizale y la banda de música
Antes del desfile, tomarán un chocolate caliente para ambientarse. Media hora después, iniciarán su pasacalles por el Casco Viejo. El programa finalizará a las 20 horas en la iglesia de Andra Mari.
Además de los dantzaris de Kriskitin, acompañarán la kalejira los miembros del grupo de txistularis Jaizale y la banda de música Tabira. Interpretarán obras compuestas para la ocasión por los durangueses Jesús Egiguren, Ander Ertzilla y Ane Belaustegi.