Maristak Ikastetxea de Durango ha arrancado un nuevo curso con un ojo puesto en el pasado y otro en el futuro. Hacia atrás, porque este año celebra su 120 aniversario en la villa. Hacia adelante, porque el centro busca preparar a su alumnado ante los desafíos que se avecinan y habrá de reinventarse ante las novedades del próximo curso.
Fue precisamente la llegada de la locomotora a Durango, que conectaba la capital bilbaína con las minas de Arrazola, lo que despertó en la comarca “la necesidad de gente con una cualificación de la que no se disponía entonces”, ha explicado esta mañana el director del centro, Dani Arrazola. Ese fue uno de los gérmenes que conllevó la creación de Maristak como colegio.
En conmemoración a este hecho, el alumnado ha iniciado el curso con su habitual reto que, en esta ocasión, ha tenido al tráfico ferroviario como protagonista. Los cursos de Bachillerato y Formación Profesional se han dividido en grupos de trabajo para elaborar vagones de tren (hasta 120, uno por cada año del centro) con material limitado: cartulinas, cinta adhesiva, cola, rotuladores…
Los prototipos diseñados han sido colocados en el patio escolar, que se ha convertidos en unas improvisadas cocheras donde cada modelo ha sido juzgado por su diseño y prestaciones.
Formación modular
Este guiño a su origen, no impide a Maristak Durango concentrarse en los retos del futuro. De hecho, el próximo curso traerá bastantes novedades en el ámbito de la FP, tras la entrada en vigor de la nueva ley basada en itinerarios formativo.
“Será una formación más modular, en la que cada estudiante podrá escoger estudiar diversas disciplinas, sin estar tan cerradas en lo que ahora son los ciclos”, ha explicado Hostaizka Sáinz, profesora y responsable de comunicación del colegio. De este modo se irán adquiriendo competencias que se traducirán en certificados de profesionalidad y títulos de especialización. “El objetivo es prepararles lo mejor posible para cubrir la demanda de las empresas”, ha añadido.