El centro educativo Maristak de Durango ha desafiado a su alumnado a un ambicioso reto en su primer día del curso. Con solo unas cartulinas, unos depresores de madera y un poco de cola han tenido que construir unos puentes que sirvan de unión entre diferentes culturas y ayuden a superar los conflictos.
Un importante objetivo que los 550 estudiantes del centro han tenido que completar en apenas unas horas, trabajando en grupos de 4 personas. “Lo primero que han tenido que hacer ha sido un ‘contrato de grupo’ en el que identificar lo que funciona y lo que no entre ellos antes de ponerse a trabajar”, he explicado el director de Maristak Daniel Irazola.
Eliminación de conflictos
Una vez establecido el acuerdo, han procedido a la construcción del prototipo con unos materiales limitados y con unos requisitos de altura, distancia entre pilares y diseño por cumplir. Y, sobre todo, la capacidad de soportar peso. Cualidad que se ha comprobado en el patio del colegio ante la vista del público.
Detrás de todo este trabajo también se ha pretendido “sensibilizar al alumnado sobre los conflictos y cómo la idea de unir culturas y puntos de vista diferentes puede ayudar a eliminarlos”, ha matizado Hostaizka Sainz, responsable de comunicación de Maristak.
Los cursos ganadores de cada etapa del reto han sido:
- Bachillerato humanístico en modelo D
- Ciclo superior: Automatismos y Robótica Industrial
- Ciclo medio: Instalaciones Eléctricas y automáticas
- Formación profesional básica de electricidad