
En el año 2015, y tras una notable trayectoria de una década con Seiren, Jokin Lacalle se encontró en una de las peores situaciones que le pueden suceder a un músico: perder la ilusión de subirse a un escenario. Para alegría de su público, este próximo martes (23.00 horas, parque Zubiondo) se cerrará esta etapa de silencio con un concierto especial en plenas fiestas de Amorebieta junto a su compañera de grupo, Onintze, y otros artistas invitados.
Tres discos y nueve singles avalan esa primera etapa de Seiren que constituyó “toda una universidad sobre cómo funcionaban la industria de la música, las giras o las discográficas”, recuerda Lacalle. “Fue una época de juventud en la que todo era un descubrimiento y nos parecía sorprendente y excitante. Nos dejábamos llevar”.
Y ese movimiento continuó hasta que el músico zornotzarra sintió la necesidad de tomarse un respiro. “Nos llegó muy pronto la oportunidad de grabar un disco, de tocar conciertos… Nos tiramos una década en esa dinámica y en 2015 el cuerpo me pidió un descanso. Ya no disfrutaba salir al escenario; algo que había sido mi vida se había convertido en una especie de amenaza, un salto al abismo. Y decidí parar”, confiesa.
Ante esa decisión, su compañera de fatigas probó a iniciar su carrera en solitario, con un primer disco grabado ese mismo año. Una andadura que, en mayor o menor medida, mantuvo a Lacalle relacionado con la música, “en la retaguardia”. “Onintze me salvó artísticamente al pedirme que le ayudará con ese primer álbum. Si sigo vivo en el ámbito de la música, es por ella”, valora.
Renacimiento
La propia artista ha realizado un parón en la gira de su segundo disco para poder participar en el concierto de los ‘Karmenak’ que supondrá el retorno de Seiren después de casi otra década inactivos. “Había tenido propuestas de volver anteriormente, pero no me encontraba bien. Y este 2024 por fin han cuadrado las cosas”, añade Lacalle. “Ha sido una especie de renacer”.
Esta decisión ha estado influenciada, en gran parte, por la buena experiencia de este pasado enero en el Zornotza Aretoa, dentro de la gira de ‘Por qué quedarme callada’ de Onintze. “Me preguntó si tendría ánimos de salir a tocar una canción y decidí que había que intentarlo. La actuación me hizo revivir ciertos momentos e ilusiones que tenía olvidados y me sentí muy bien. Eso favoreció que se haya podido concretar el concierto del día 16”, afirma.
La cita de este martes será “una especie de celebración de toda la vida de Seiren, en la que tocaremos las canciones más conocidas de nuestros tres discos”, adelanta. “Y como en toda celebración, hemos querido rodearnos de amigos. En este caso, de otros artistas que han significado algo para nuestro grupo”.
Entre ellos, Lacalle cita a Iñigo Goikoetxea, de Gozategi. “Seiren cambió mucho después de coincidir en el escenario con él por primera vez, allá por 2008”, rememora. “Fue un punto de inflexión en el que vivimos una química especial y, con el tiempo, nuestra relación empezó a estrecharse. Incluso llegamos a compartir muchos músicos”.
Afrontar el reto
También participará en el concierto el berriztarra Iñaki Etxezarraga ‘Etxe’, “una persona grande en todos los sentidos”, describe. “Hemos compartido una generación con él, así como muchas emisiones de radio-fórmula. Para nosotros siempre ha sido un músico de los pies a la cabeza, un conquistador y banda sonora de nuestra vida”.
Completará el cartel la zornotzarra Heitxi, “una nueva artista, muy trabajadora, que está preparando su primer disco y tiene mucho que aportar. Posee un universo musical muy interesante y empoderado”.
Según se acerca la fecha de la actuación, Lacalle confiesa que se siente “nerviosillo, pero con muchas ganas e ilusión. Me impuse el reto de volver a salir al escenario y sentirme bien y, con estos pequeños pasos, lo estoy consiguiendo”, revela. “Espero que esta experiencia me sirva para volver a tomar las riendas de Seiren y ver qué pasará con el grupo en el futuro. La verdad es que estoy viviendo un momento interesante”.