
No era la primera vez que Dominique Diatta tentaba su suerte en el sorteo de Reyes de la JAED. El año pasado perdió el boleto, así que, en esta ocasión, decidió guardarlo con esmero.
Aproximadamente dos semanas después de que los bombos dictaran sentencia fue al pórtico de Andra Mari para comprobar si le había tocado algo. Miró una y otra vez el cartelón colgado en la pared de la iglesia para comparar el número de la única papeleta que había comprado con el que aparecía en la casilla del primer premio.
“No me lo creía. No había nadie en la caseta (de la JAED) y le pregunté a un chico que estaba allí si mi número era realmente el del coche”. “Efectivamente, te ha tocado”, le respondió ante sus cada vez más evidentes gestos de nerviosismo. “Pero, ¿seguro?”, le insistió Dominique. “Que sí, que sí”.
Las llaves, para su hija
Aun así, este iurretarra de origen senegalés siguió en vilo hasta que pudo hablar con la asociación benéfica y le confirmaron el premio. A sus 54 años, Dominique llegó hace más de dos décadas a Ondarroa para trabajar en la mar. De allí acabó trasladándose a vivir a Durango y desde el pasado mes de julio, reside en la localidad vecina.
Esta mañana ha ido a recoger las llaves del ‘Renault Clio’ acompañado de su hija, que será la que seguramente acabará comprándole el coche. “Vendí el mío la semana pasada y me voy mañana a Francia, así que me va a venir muy bien”, reconocía Melissa.
Que lo disfrutes con mucha salud!