
A pesar de entrar en el mundo de la interpretación casi por casualidad, el durangarra Lier Quesada se ha forjado, a sus 14 años, una breve pero interesante carrera cinematográfica. Tras debutar en la película ‘Un otoño sin Berlín’ de la realizadora zornotzarra Lara Izagirre, este joven actor repite en la gran pantalla con ‘Ilargi guztiak’, un oscuro largometraje de género fantástico.
Su primera experiencia llegó en el año 2015 gracias a su abuela, asidua al cine-club de Amorebieta. Allí supo del casting para la película de Izagirre y animó a sus nietos a probar suerte. “En realidad, era a mi hermano mayor al que le atraía la idea de ser actor. Yo solo tenía 8 años, pero también me quise apuntar sin saber muy bien en qué me metía”. Curiosamente, fue Lier quien superó la prueba inicial, tras la que pasó a una última selección “entre los 3 o 4 aspirantes definitivos, donde me eligieron finalmente”.
Desde ese primer rodaje, se limitó a disfrutar del cine como espectador, hasta que su madre recibió una llamada a principios del año pasado. “Todavía no sabemos muy bien cómo pensaron en mí para el papel en ‘Ilargi guztiak’. Solo nos dijeron que buscaban a niños de mi edad que hablasen euskera y que se acordaban de mi actuación en ‘Un otoño sin Berlín’”, recuerda. Así, acudió al segundo casting de su vida y obtuvo su segundo papel en el cine.
Ambiente tenebroso
‘Ilargi guztiak’ ha resultado ser una experiencia muy distinta a la de su primer trabajo. Ambientada en 1876, durante los coletazos de la última guerra carlista, Quesada interpreta a un amigo de la niña protagonista, que es salvada de la muerte por una misteriosa mujer a cambio de un terrible precio. Frente al intimismo de ‘Un otoño sin Berlín’, esta producción de género fantástico está inundada de un ambiente tenso y sombrío. “No es que la película de Izagirre fuese una comedia, pero mis escenas no eran tan dramáticas. En esta ocasión, es todo bastante tenebroso”.
Además, esta producción dirigida por Igor Legarreta, ha sido rodada “en euskera ‘hika’, que es como se hablaba antiguamente en los caseríos, y me ha costado acostumbrarme”, señala. También tuvo que adaptarse a la caracterización, que incluyó un corte de pelo ‘a la cacerola’ y un vestuario algo incómodo. “Teníamos ropa de domingo y normal. La primera era mejor, pero la otra tenía una tela y un pelaje un poco raro con la que tenías que estar 8 o 9 horas seguidas de rodaje”.
La filmación en plena pandemia también ha provocado dificultades. “Durante febrero y marzo no nos afectó, pero luego tuvimos que parar y retomar la grabación con muchas medidas de seguridad. Una médico controlaba que estuviéramos libres de covid y tuve que aguantar algún pinchazo —con mareo incluido— y varias pruebas PCR”.
Cine y series
Aunque siempre se ha considerado un cinéfilo, últimamente tiende a disfrutar más de las series de televisión. “Antes era más de películas, pero a veces me llevaba más tiempo buscar una que me gustase que el hecho de verla. Ahora, si doy con una serie entretenida, sé que tengo varias temporadas para disfrutar”.
Entre los títulos que destaca están ‘Prison Break’, ‘La casa de papel’, ‘Stranger Things’ o largometrajes como ‘Acero puro’ o ‘Narnia’, “aunque me quedé dormido la primera vez que la vi”, confiesa.
En el futuro le gustaría repetir en el mundo de la interpretación, aunque ve complicado poder dedicarse a ello en exclusiva. “No me planteo vivir del cine. A menos que consigas un papel principal en una película muy popular y empieces a ser reconocido para que te ofrezcan más papeles, es muy difícil mantenerse. Lo veo más como algo secundario, como un complemento”.