Parece un juego de palabras, pero no lo es. Hay algo en lo que cada persona cree indubitablemente: en sus creencias. ¿Y qué son las creencias? Si la afirmación anterior es correcta, esta pregunta debería estar fuera de lugar. Cada cual tendría que conocerlas. Pero la realidad evidencia que no solemos pararnos a pensar en qué creemos y apenas somos conscientes de ello.
La RAE explica muy bien qué se entiende por creencias. Sus dos primeras acepciones del término: ???Firme asentimiento y conformidad con algo??? y ???completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos???.
Sentado esto no faltará quien piense que desvarío al sostener que damos ???completo crédito a un hecho o noticia??? sin las debidas reflexión y juicio previos. Pues, por increíble que parezca, es así casi siempre.
La mayoría de nuestras creencias no las hemos elegido. Unas las hemos heredado de la ???tradición familiar???, las más nos las ha transmitido la cultura de nuestro tiempo a través de los ???mass media??? con la televisión y el cine como invitados estelares, cantidad de ellas son resultado de nuestras experiencias vitales???
El peligro de adoptar creencias a las que no hemos dedicado un minuto de atención es que dominan nuestras vidas. Prestad atención a este esquema: lo que pensamos (creencias) condiciona nuestros estados emocionales y estos a su vez afectan a nuestras conductas.
Para muestra, los exabruptos lanzados esta semana por el grotesco Toni Cantó (diputado de UPyD) desde su cuenta de twitter a propósito de esa lacra que supone la violencia hacia las mujeres. No voy a reproducir aquí sus ???afirmaciones indubitables??? (para él, claro) porque no quiero dar pábulo a esa clase de libelos. ¿Inconsciencia en su conducta (mediatizada por sus creencias)? Ciento por ciento. La prueba es que para estas horas ya se ha retractado.
Sospecho que Toni Cantó, que atravesó una tumultuosa separación de la madre de su fallecida hija, adquirió en esa época un conjunto de creencias que ha pretendido universalizar a costa de las víctimas de la violencia de género. Si hubiera sido consciente de sus creencias, antes de abrir la boca se habría molestado en contrastar sus pensamientos con la realidad y con la cantidad de hechos e informes que demuestran lo contrario a lo que él da por cierto.
Lo más lamentable es que el daño ya está hecho. Ha deshonrado a las víctimas de la violencia machista y ha lesionado sus propios intereses, su imagen y la de su partido. Seguro que esto último no entraba dentro de sus pretensiones. Pero es el precio que hay que pagar por adoptar creencias inconsistentes.
Cantó Toni con un trino chirriante insoportable. Dijo lo que sentía y lo que pensaba. Y lo que piensa y sobre todo lo que se siente, a veces no se puede decir en público. Deduzco que es una persona que no se gusta o no se quiere a sí mismo. Vivimos sometidos a las creencias. Un buen curso de coaching convertirían a Toni en una buena persona y vería también a los demás como buenas personas. Todo es aprovechable en esta vida, hasta la mierda.