¿Morbo o ideas equivocadas?

A raíz del desgraciado accidente en el que la semana pasada murió un matrimonio de Eibar en Amorebieta se suscitó en los foros de este medio digital un debate acerca de lo que es o no sensacionalismo periodístico.

La discusión es interesante, pero dar con la solución sería tarea ardua si no imposible. Porque ni siquiera entre los propios periodistas hay consenso sobre lo que en una información es relevante o accesorio o irrespetuoso. Y es que el límite de los detalles que se pueden incorporar a un hecho lo marcan principalmente el buen gusto particular de cada cual o lo que pueda ser objeto de rectificación y/o denuncia judicial. A veces incluso se llega a rebasar esta línea de lo legal, pues no está claramente delimitada en el punto donde el derecho al honor, a la intimidad y a la imagen chocan con la libertad de expresión.

Por eso, quería reflexionar, más bien, sobre el aspecto de aquella información que más polémica suscitó. Hubo alguien que proyectó sobre las redactoras de la noticia y sometió a discusión sus conceptos, creo yo que equivocados, sobre lo que es o no normal; es o no presentable. En concreto, le parecía ???morboso??? que se mencionase que la persona herida en el accidente y nieta de las víctimas fuera una niña con síndrome de Down. Alguien le replicaba que esto es un rasgo distintivo sin connotación negativa alguna.

Llevamos décadas trabajando en la normalización de personas cuyas características, procedencia u elecciones vitales han sido estigmatizadas secularmente. Léase: personas con necesidades especiales, minorías étnicas o de orientación no heterosexual. A pesar de ello, hay quien sigue pensando que cualquiera de estos atributos son motivo de vergüenza o ignominia. Que se trata de algo malsano que hay que ocultar. Parece que todo el trabajo realizado sigue siendo poco y que queda mucho por hacer.

No importa tampoco que haya, que se sepa, un joven con síndrome de Down, Pablo Pineda,  que ha completado una carrera (sí, universitaria) o que el italiano Luigi Fantinelli fuera el año pasado el primero que logró una beca Erasmus. O que otros hayan conseguido un empleo, metas que muchos que se tienen por más aptos no llegan a alcanzar. Tristemente, no faltará quienes los consideren bichos raros o inferiores, antes de darles la oportunidad de demostrar sus capacidades, como si la altura del individuo se midiese por pertenecer a un grupo humano u otro o por el color de los ojos.

Este participante en el foro, no dudo de que con toda su buena voluntad, pretendía defender el honor de una víctima sin reparar en que con sus observaciones seguramente estaba hiriendo las sensibilidades que él exigía respetar.

A mi juicio, ser una persona con síndrome de Down no es nada vergonzoso ni negativo, pero sí es un rasgo distintivo, dado que es una particularidad minoritaria, por lo que señalarlo no tiene nada de irrespetuoso, y mucho menos de morboso. 

Vivimos el fin de unos tiempos. Esperamos una Tierra nueva donde habite la justicia