Ayuntamientos laicos

El colectivo Europa laica ha puesto ene marcha hace unos años una Red de municipios por la laicidad, es decir por la separación de la Iglesia y el Estado. Habida cuenta del fanatismo religioso que envenena las relaciones humanas en el planeta y en Europa, y del respeto a la libertad que el Evangelio proclama, la independencia de ambas instituciones resultaría seguramente muy saludable para el Estado y para la Iglesia.

Allá por los años 1936-1939, durante la guerra civil, el católico gobierno vasco de José Antonio Aguirre incorporó sin ningún problema a socialistas, anarquistas y fuerzas de izquierda a la defensa de la República, a pesar de los pronunciamientos de muchos obispos españoles y vascos a favor del golpe de Estado del General Franco y sus seguidores. Para el Lehendakari, Euskadi era un espacio de convivencia entre todas las tendencias políticas.

Ese respeto que en aquel momento hubo en Euskadi hacia todas las ideas religiosas o ateas prevalece hoy en gestos positivos de algunas comunidades y ayuntamientos que no ponen objeciones a los musulmanes que viven en  Euskadi. Sobrevive en algunas voces que surgen aquí y allá criticando las exenciones de impuestos y cargas fiscales de que goza la Iglesia católica en Euskal Herria y las ayudas generosas que el Gobierno vasco y los municipios otorgan a la Iglesia para la conservación y obras en edificios religiosos o propiedad de la iglesia. O para el tratamiento que reciben de la Administración del Estado los colegios privados gestionados por entidades religiosas.

Algunos se preguntan si no va siendo hora de debatir en ayuntamientos y entre la ciudadanía sobre el tratamiento que hay que dar al problema religioso y a las entidades religiosas. Tal vez esa libertad que dicen que proclama el evangelio ganaría mucho con ese debate.

Se dice que entre nosotros el catolicismo es mayoritario o incluso cuenta con más del 90% de la población. Pero quizá las cifras han cambiado, y desde luego la cifra de matrimonios religiosos y bautizos no es hoy la misma que en tiempos pasados.

Honorio Cadarso es periodista