El comportamiento humano y sus reacciones son en muchas ocasiones lo menos racionales imaginables. Por ello, basta con que nos empapelen los portales con bandos y avisos de alertas amarillas o naranjas, para que nada más abrir la puerta de casa y rodearte de tus familiares, pongas el plan para el fin de semana.
A nadie se le escapa que son ocasiones excepcionales las que se producen para que en media mañana, los aledaños de Urkiola se vean desbordados de vehículos que descargan el bullicio de niños y mayores para disfrutar de una jornada de nieve.
Tras una agria polémica en red social, pero siempre con ánimo constructivo, creo haber llegado a un par de conclusiones.
No sé hasta qué punto ni en cuál en concreto, sería necesario un paso de peatones por el alto de Urkiola en virtud de la afluencia de mendigoizales, domingueros como yo, o turistas.
Sí creo, sin embargo, que se ha desaprovechado una de esas pocas oportunidades en las que se le saca partido a un entorno como el Parque Natural de Urkiola.
He leído y escuchado personalmente más de una vez, las quejas de los responsables de establecimientos hosteleros del lugar. La modernidad trajo el decaimiento de la zona y siempre ven con agrado que se promueva el comercio acercando y alojando gentes con ocasión de eventos que se celebran en Durangaldea.
Cualquier colorida alerta que apunte a una definición blanca, además de coordinar el servicio de quitanieves de la DFB, debería servir al ayuntamiento de Abadiño y por extensión a la Mancomunidad, para elaborar un “plan de emergencia” con colaboradores de Protección Civil o voluntarios cuyo trabajo sería poner un poco de orden en el tótum revolútum en que se convierte el área.
Dejando aparte aspectos competenciales de qué corresponde hacer a quién, si el resultado es el desmadre, de poco sirve lo que la norma dicte. Tomemos cartas en el asunto y no demos lugar a quejas. Ofrezcamos al resto de Araba y Bizkaia una imagen de organización y saber hacer en situaciones semejantes.
Quizás otro día vuelvan familias con niños sin que sea preciso que traigan el trineo. Posiblemente puedan venir con unas bicis de montaña, a observar la naturaleza o simplemente a echar la siesta bajo un haya y comerse un txoripan en alguno de los bares del entorno.
El resto lo ponemos a través del YouTube, y por tierra y aire, convertimos en una estación espacial los dominios de Mari. Sería lo más propio, dada su afición a volar.
Un parque temático nos queda corto y una estación de esquí resulta ya vulgar.