Uno se cansa de oir a Rajoy la cantilena de siempre: “No hay otra solución”. Hay otras soluciones. A partir de 2007, Islandia, ese pequeño país de geyseres, bacalao y hielos perpetuos, tuvo su ‘boom’ financiero, su especulación bancaria galopante, sus créditos sin límite, a barra libre… Para salir de la crisis que estos excesos produjeron dcidieron pagar a Gran Bretaña y Holanda a razón de 3.500 coronas al año durante 35 años, con un interés del 5,5%. Pero se lo pensaron mejor, hicieron un referendun, y rebajaron ese interés al 3%.
Aún así, tuvieron que pedir el rescate al FMI. Pero en vez de inyectar dinero a sus bancos, los dejaron morir, renegociaron la deuda y encajaron a sus acreedores alemanes, holandeses y británicos una quita de un 70%.
Previamente, el pueblo islandés había decidido procesar al primer ministro del gobierno por su mala gestión de la crisis, y a los banqueros chorizos. Aún así, los problemas de Islandia no se han acabado, siguen teniendo una deuda importante. Pero crecerán este año un 2,4%. Están saliendo de la crisis por el buen camino. Esa ha sido la receta de los islandeses, que han tirado a la basura el libro de estilo de las crisis económicas, ese que para nuestro país sigue siendo dogma de fe.
España o Euskadi no son Islandia, nosotros estamos sometidos a la disciplina del euro que a los islandeses no les afecta. Pero desde la misma isla del norte de Europa, una profesora universitaria española, Elvira Méndez, nos sugiere que por ejemplo, podríamos aplicar a los desahucios una moratoria de dos años, que luego fuera prolongada más tiempo. Podríamos aplicar un control exhaustivo para impedir la fuga de capitales que en este momento están huyendo a paraísos fiscales o a bancos alemanes. En Islandia solo se permite sacar de la isla capitales cuya inversión beneficie a la economía real, no a la especulativa.
Podríamos, nos sugiere Elvira Mendez, trasladar el primer impacto de la crisis a los acreedores, y no a los bolsillos de las clases desfavorecidas y de los ciudadanos de a pie.
Podríamos hacernos cargo de las deudas de los bancos y demás ciudadanos endeudados que merecen ser asumidas desde un punto de vista ético, pero deberíamos negarnos a aceptar otras imputables a las malas artes de los mismos.
Elvira Méndez señala que lo que provocó la bancarrota de Islandia no fue la deuda de particulares, no fue que alguien se comprara una pantalla plana, un coche o una casa. El 80% de esa deuda estaba en manos de otros bancos, de amigos o de los mismos banqueros, para la compraventa de empresas en el extranjero a cuatro veces su precio.. .¿A qué les suenan a ustedes historias como esta que acaba de señalar Elvira Méndez?
El derecho a la vivienda reconocido por nuestra Constitución obligaría a que la sociedad ayude y proteja a una familia que se ha endeudado de buena fe para la compra de su residencia.
Elvira Méndez termina diciendo que lo que se ha hecho en Islandia, todas estas recetas para salir de la crisis, se pueden aplicar también aquí y a escala europea.
Claro, Honorio: pero eso supone acabar con los privilegios de muchos. Banqueros y políticos para empezar. Y a ellos que son los que manejan todo no les interesa.