
Esta semana hemos despedido a una amiga y a una mujer que nos enseñó el valor de algunas palabras que hoy quizá suenen antiguas, pero que son más necesarias que nunca: integridad, honestidad, esfuerzo, entrega y compromiso.
Emocionadas aún por la noticia de su muerte, sus compañeras de Bateginez, repasamos estos días sus más de veintidós años de compromiso con el grupo y su especial empeño en la promoción de la educación de niñas y adolescentes de Guatemala, convencida de que sólo la escuela podría dar una oportunidad a aquellas que habían nacido en el lado oscuro del mundo.
Cristina sabía bien del esfuerzo necesario para superar las dificultades que la vida podía ponernos en el camino. Pero no buscaba justificación en ellas para la desesperanza o la inacción. En su caso, una salud frágil fue el obstáculo ante el que supo crecerse hasta volverse un referente a seguir.
Gracias por todos los momentos y sentimientos compartidos, Cris.