Muchos de los planteamientos, posiciones, propuestas y decisiones adoptadas en tiempo de bonanza, no han tardado en demostrarse en los tiempos de crisis que estamos viviendo actualmente como incompletas, insolidarias y por su ineficacia y coste, también injustas socialmente.
Todo lo expuesto lo podríamos considerar como algo inherente e inevitable en el torpe camino del aprendizaje humano si no fuera por esa legión de ???listillos y listillas??? de ???tertulianos y tertulianas??? que, siendo entonces los que más pedían y exigían, en base a sentirse acreedores de un hipotético derecho ilimitado y deudores de unos pocos o nulos deberes sociales tasados y contraídos, son ahora demandantes de explicaciones. Y lo que es aún menos edificante, se atreven a mostrase ante la sociedad como personas con la coherencia por bandera, aunque esgriman ahora argumentos absolutamente antagónicos o muy matizables con respecto a los que en tiempos recientes aireaban y demandaban.
Por otro lado,la responsabilidad social que ha imperado en general anteponía a lo perenne lo caduco, a lo transcendente lo liviano, a lo solidario el egoísmo y al esfuerzo el hedonismo. El acierto se atribuía a uno mismo o a su mismo grupo de referencia, quedando los errores y la no resolución de problemas en el debe de los demás por el defectuoso enfoque y el interesado desarrollo que proponían en sus estrategias.
Pues bien, es hora de reclamar, en el necesario examen de conciencia que todos debemos hacer, una actitud presidida por la humildad -aunque unos más que otros, todos nos hemos equivocado, todos hemos acertado- y por la corresponsabilidad.
Debemos impulsar una actitud vital que, desde la diversidad y la pluralidad, intente la búsqueda y haga todo lo posible para el logro de diagnósticos sólidos y lo más consensuados posibles dirigidos a sembrar, resolver o mitigar los múltiples retos que tanto individual como socialmente tenemos por delante.
En definitiva, bajo mi punto de vista, se requiere para este nuevo mundo personas con nuevas actitudes y valores donde desde la humildad de reconocernos limitados, prevalezca en nuestras relaciones y compromisos la corresponsabilidad, la solidaridad, la justicia y el respeto mutuo.