El deporte, también en femenino

Hace un mes la actualidad me llevaba a esquivar la gran mentira del día de la mujer trabajadora y de la historia esa de la igualdad trasladada al deporte. En esta ocasión permitirme retomarla. La excusa no es otra que el hecho de que Halcón Avenida se ha proclamado campeón de Europa. ¿Quién ese?, pensarán muchos, ¿a qué juegan?, pensarán otros, pues para los que no sois expertos en la materia explico brevemente que el Halcón Avenida es un equipo salmantino de baloncesto que juega en la Liga Femenina y que este domingo se ha proclamado campeón de la Euroliga, un hito que desde 1993 ningún conjunto estatal había logrado.

¿Cuántos de los habituales lectores de prensa deportiva se habrán enterado de la noticia?, me arriesgo a decir que muy pocos. ¿Qué porcentaje de los amantes de este deporte son conocedores de la misma?, pues apuesto que no más del 20-30%. Y lo que más me enerva: ¿Cuántas de las 132.440 jugadoras que tienen ficha en todo el Estado han visto el partido?, pues la cifra puede ser más decepcionante todavía.

Y es que cuando hablamos de deporte femenino oímos multitud de quejas: de falta de ayudas económicas, de falta de repercusión en los medios, de que no hay patrocinadores, de que casi no hay público en las gradas… y tienen razón. Más aún cuando su dedicación es similar o incluso mayor que en el caso de los hombres, y sus capacidades y calidad están muy cerca de lo que puede ofrecer la categoría masculina en muchos deportes (en otros reconozco que la diferencia es abismal).

Entonces, ¿por dónde empieza a pasar parte de la solución? Pues yo lo tengo muy claro: que las propias practicantes de cada deporte sean consumidoras del mismo. Es decir, si este domingo las 132.440 practicantes de basket con licencia hubieran estado pegadas a la televisión, eso se habría reflejado en las audiencias. Y es que los medios no son del todo tontos y toman nota. Si un producto vende, lo seguirán poniendo. Claro que si el ‘share’ ha sido lamentable, los directivos de las cadenas se platearán, y mucho, volver a programar baloncesto femenino.

¿A dónde quiero llegar?, pues que no concibo que practicantes de un deporte no vean el que se podía presumir como el mejor partido de la temporada, Avenida-Spartak de Moscú, o al menos el más emocionante por el título que está en juego. Y es que se nos olvida que el deporte se aprende practicando, pero también por observación y el problema del baloncesto femenino en particular y del deporte femenino en general es que las jugadoras no consumen su deporte. Cuando nosotras como mujeres nos impliquemos, podremos pedir cuentas al resto y convencer también a los hombres a que acudan y consuman deporte femenino, mientras, no acepto quejas, habrá que entonar el ‘mea culpa’.

¿Y qué podemos hacer cada uno de nosotros? Trasladado a un ámbito más cercano, los entrenadores tenemos mucho que decir. Debemos de estar informados de éstos eventos y promocionarlos entre las jugadoras que dirigimos. Más fácil todavía es implicar a las jugadoras de equipos inferiores para que vayan a ver los partidos de conjuntos de categoría superior dentro de su propio club, ojo, y viceversa. Por ahí podemos empezar muchos y así no se verán canchas desangeladas cuando juegan equipos femeninos en todo tipo de categorías. Hagamos el intento.

Un fenómeno precisamente a estudiar para los incrédulos y que piensan que las chicas no estamos a la altura, es el del Avenida que citaba anteriormente. En Salamanca este equipo tiene un pabellón de 3.000 espectadores que se llena cada jornada y vibra como no he visto en ninguna otra cancha ni de ACB. Los periódicos de prensa generalista abren sus portadas con titulares y fotografías del equipo de baloncesto femenino…puede ser este un ejemplo de que el deporte también se disfruta en femenino. 

Naia Fernández es periodista