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El puente de hierro

Tarde calurosa de verano. Un paseo por la sombra. A la orilla de los ríos siempre está más fresco. Abajo el rumor del agua. Trasparente, limpia como cuando Arripauzueta llegaba a ser denominado el Benidorm de los pobres. Allí aprendimos a nadar malamente, ¡a lo perro!.

Este afluente del Ibaizabal baja de Mañaria y atraviesa la villa de sur a norte, al contrario que lo hace el ferrocarril, ahora subterráneo.

Antes, durante muchísimos años, el tren cruzaba no sólo las principales arterias de Durango sino también el río. Al fondo de la calle Arkotxa existen tres bancos casi juntos y una barandilla metálica. En la presa se desliza la corriente que se arremolina unos metros más al fondo formando una vía láctea espumosa que mantiene atrapado un pequeño planeta verde girando sobre sí mismo a una velocidad vertiginosa. Un poco más lejos, un casco de plástico transparente, sin cafeína, trata de zafarse de esa vorágine lechosa.

Arriba, una mole de hierro observa impasible fluir bajo sí el torrente eterno. Mil y un remaches jalonan y consolidan su estructura.
Ha dejado de estremecerse al paso de cada convoy, a veces completo de mercancías y otras, de ilusiones. Ya no carga con peso ni responsabilidad. Se ha quedado sólo, arrinconado, olvidado y jubilado, espero que temporalmente.

No es el arco de San Mamés. Jamás divisado desde la lejanía sino desapercibido a ras de suelo. En nuestros años mozos constituía un tabú cruzarlo, saltando sobre las vías de traviesa en traviesa. Estaba prohibido transitar a pie. Bastaba que así fuera para aceptar el desafío. Era el camino más corto cuando salíamos tarde de casa para llegar a clase en el Colegio de los Maristas. Más de un susto también nos llevábamos cuando en invierno y primavera el rocío o la humedad impregnaban los maderos y resbalábamos trompicándonos.

-¿Qué es esa mancha de verdín que tienes en el pantalón? Ya has vuelto a cruzar por el puente de hierro y te has tropezado, ¿verdad?. Te quedas sin libro de Tintín- ese era el terrible castigo.
-Algún día os vais a caer a la presa o lo que es peor, va a venir el tren y vamos a tener una desgracia en la familia -argumentaban nuestras madres y abuelas.

El futuro acabó con el veto, pero quisiera ver una pasarela de nuevo útil, bonita, práctica, adornada, concurrida con el jolgorio de l@s niñ@s y el tintineo de los timbres de las bicicletas que van y vienen.

Desaparecerá la pelota de tenis que se le cayó al agua a un émulo de Nadal en la campa de Tabira. La botella seguirá su curso hacia el Cantábrico para varar en alguna de nuestras playas. Se me antoja que dentro contiene un mensaje: “Si me encuentras tírame al contenedor amarillo porque mi dueño no lo ha hecho”. Una gracia de algún enchispado en juernes.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.

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0 Comentarios

  1. mari

    Agus:te agradezco la informacion sobre la normativa. la verdad es que no la conocia pero te puedo asegurar que la mayoria de cicloturistas que circulan por mi zona utilizan el” ee”o bien “kontuz” o similar. ocurre algo parecido en el Camino de Santiago. entra la tentacion de motar un txiringito para vender timbres.

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  2. mari

    Agus:te agradezco la informacion sobre la normativa. la verdad es que no la conocia pero te puedo asegurar que la mayoria de cicloturistas que circulan por mi zona utilizan el” ee”o bien “kontuz” o similar. ocurre algo parecido en el Camino de Santiago. entra la tentacion de motar un txiringito para vender timbres.

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  3. Agustín Ruiz Larringan

    Gracias Mari. Ahora algunas llevan un tipo de timbre más soso, por definirlo de alguna manera. Mi bici urbana es un ejemplo. De cualquier manera, y ya que has mencionado el tema, hay que recordar a quienes utilizan la bici habitualmente en las calles y bidegorris de Durangaldea, que es obligatorio que las bicicletas dispongan de timbre según el actual Reglamento de Tráfico, pudiendo ser multado quien no disponga del mismo.

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  4. Agustín Ruiz Larringan

    Gracias Mari. Ahora algunas llevan un tipo de timbre más soso, por definirlo de alguna manera. Mi bici urbana es un ejemplo. De cualquier manera, y ya que has mencionado el tema, hay que recordar a quienes utilizan la bici habitualmente en las calles y bidegorris de Durangaldea, que es obligatorio que las bicicletas dispongan de timbre según el actual Reglamento de Tráfico, pudiendo ser multado quien no disponga del mismo.

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  5. Mari

    Aupa Agus, me alegro que hayas mencionado “el tintineo de los timbres de las bicicletas “. La verdad es que echo de menos el tintineo de las bicis modernas, creo que les falta ese timbre tan útil que tenían nuestras antiguas maquinas.

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  6. Mari

    Aupa Agus, me alegro que hayas mencionado “el tintineo de los timbres de las bicicletas “. La verdad es que echo de menos el tintineo de las bicis modernas, creo que les falta ese timbre tan útil que tenían nuestras antiguas maquinas.

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