Europa no acaba de cuajar. La utopía de los visionarios que tras la Segunda Guerra Mundial soñaban con un continente unido por una cultura común avanzando hacia un horizonte de paz y libertad está aún por conquistar.
Según se desprende del informe que acaba de presentar el Grupo de Reflexión sobre el futuro europeo, presidido por Felipe González, la Unión Europea (UE) debe refundarse. Una vez más. Y con urgencia. Necesita sentar las bases de una auténtica entente política y económica para hacer frente a los desafíos de las décadas venideras.
El comité de expertos ve mal al continente. Y su lúgubre diagnóstico llega justo cuando trata de defenderse como gato panza arriba de los ataques de los especuladores sobre sus economías más débiles. En realidad, la convulsión actual es consecuencia de las carencias que el informe aprecia en la construcción europea. Las más graves, la falta de implicación de los Estados en la tarea, y la desafección de la ciudadanía. Esto último, consecuencia de lo anterior, pero también de una falta de información sobre la utilidad de las instituciones comunitarias. En este contexto, bienvenida sea la iniciativa de la asociación cultural 9 de mayo que, en colaboración con distintos organismos, ha puesto a disposición de la ciudadanía la web www.diadeeuropa.com
La Unión Europea está, pues, todavía frágilmente estructurada y las diferencias entre los países que la conforman son aún considerables. Así, mientras las locomotoras (Francia y Alemania) se van recuperando, otras muchas economías son incapaces de salir de la crisis y la Europa de los 27, el mercado más grande del mundo, pierde competitividad. Pero no en favor de EE UU, sino ¡frente a los países asiáticos emergentes!, en especial China, que se ha convertido ya en la segunda potencia mundial por detrás del hasta ahora ‘imperio unipolar’.
Los expertos urgen a los países que integran la UE a establecer unas nuevas bases de cooperación que permita a los Estados y regiones avanzar, todos a una, en la eliminación de los obstáculos que impiden el progreso del continente. De no hacerlo, y con urgencia, amenazan, corremos el riesgo de convertirnos en una “península occidental” de Asia.
Los desafíos son ingentes: potenciar la unidad política, económica y en acción exterior; mejorar el sistema educativo en todos sus niveles y garantizar la formación continua de las personas; incrementar sustancialmente las inversiones en investigación y tecnología; regular el funcionamiento de los mercados de capitales y de las entidades financieras, modernizar el funcionamiento de las empresas; fomentar el reciclaje y la rotación de los trabajadores; desarrollar políticas de inmigración que persigan atraer talentos y trabajadores cualificados para compensar el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población; facilitar la permanencia de las mujeres en el mercado laboral; prolongar los años de trabajo al máximo… Todo esto en dos décadas. Y en el conjunto de los Estados y regiones a la vez.
Levanto la vista del dictamen y me entra un escalofrío de aúpa… De acuerdo, de acuerdo… sólo es un informe. Una opinión. Como otra cualquiera. Pero no sé por qué, no puedo evitar imaginarme a miles de millones de jóvenes chinos e indios trabajando a destajo para encumbrar a sus países en el podio de las superpotencias y, en frente, a cientos de miles de entrañables viejecillos europeos marcándose pasodobles en los hoteles de Benidorm, Andalucía y Canarias. Y al resto, los que aún estamos en edad de trabajar, deseando de ‘colgar la chapa’ para sumarnos a “the fiesta”… Al baile del ‘Titanic’.
Un lujo poder leerte Victoria.
Estimado burduntxalie: cuando digo que la Unión Europea no cuajó, me refiero a que la unión se va haciendo y rehaciendo con la suma de más y más Estados y muchas dificultades para avanzar todos juntos, por las grandes diferencias entre unas regiones y otras, y porque las instituciones comunitarias, todavía hoy, resuelven tarde y mal muchos problemas (como últimos ejemplos, la asistencia económica a Grecia o el caos aéreo ocasionado por el volcán islandés) . Sobre lo que apuntas de la necesidad de contar con figuras como Schumann y Monnet, eso puede que esté un poco difícil y a lo mejor hay que liderar el futuro europeo desde las regiones y los Estados. Tal vez los políticos que nos gobiernan y los que aspiran a hacerlo deberían desarrollar un poco más la visión de largo alcance.
Victoria agurgarria, siento discrepar sobre la mayor!! La Unión Europea sí cuajó. Cuajó porque el objetivo era que Francia y Alemania no estuvieran en permanente pugna bélica, ese era su verdadero fin, por el que se puso en marcha todo este proceso… No nos confundamos; Europa se debe refundar, estoy de acuerdo… Lo primero que hacen falta son líderes y una visión, que hoy no existen. Schumann y Monnet tuvieron un sueño, que han hecho realidad. Ahora toca volver a soñar y work, work, work, work… That’s the way!