Durango ha sufrido un cambio importante en poco tiempo. La ciudadanía estamos despertando, siendo conscientes de lo que queremos y expresando nuestra opinión. Lo hacemos las personas adultas normalmente, pero ¿y ellos? ¿Nuestros hijos e hijas dicen lo que quieren? Puede que no lo hagan de la misma manera. Puede que no se fijen en todo lo que nos fijamos los adultos, o simplemente puede que no tengan referencias. No se puede añorar lo que no se conoce.
El año pasado fui a varios colegios, en los que tanto el equipo docente como el directivo y el alumnado me recibieron con entusiasmo. Yo quería conocer lo que opinaban. En aquel momento fui en nombre de una Asociación, pero el aprendizaje no sólo repercutió en ella, también fue un detonante para mi persona. Les veía frente a mí, con las características propias de la adolescencia, unos pasando, otros atentos, algunos interesados… cada uno a su manera. Pero encontré respuestas que me llegaron y me hicieron comprender que algo no estaba bien. Sospechaba que así era, pero la constatación de la gravedad de ello me abrumó. No sabían qué soñar, ni qué pedir, desconocían a qué podían aspirar. Y ahí la responsabilidad es nuestra, de todas las personas adultas que opinamos, sí, pero que no actuamos para llenar sus cabezas de sueños, ni de ideales.
La adolescencia es una etapa que debe vivirse con intensidad, con ilusión, con energía… La apatía que yo vi en algunas caras al decirme que nadie pensaba en ellos me dolió, profundamente. Porque sí hay quienes pensamos en ellos y ellas. De hecho, creo que somos muchas las personas que lo hacemos, aunque me temo que no hemos sabido defenderlo.
Por eso creo que es hora de esforzarnos por ofrecerles lo que merecen. ¿Habéis visto en diferentes lugares de Durango a un grupo de jóvenes dando saltos y volteretas? Se llama parkour, un deporte urbano en el que se practica la disciplina, el esfuerzo y la constancia. ¿Por qué no lo aprovechamos para inculcar esos valores a nuestros jóvenes?
Pues sí, vamos a aprovecharlo, eso y mucho más. Por eso nuestra candidatura ciudadana va a diseñar un Plan de Infancia y Juventud. Ayudados por la figura de una persona técnica, educadora, que dinamice. De esta manera podremos diseñar el Durango que necesitan nuestros niños, niñas y jóvenes para crecer sintiéndose importantes. Merecen que les demos recursos y herramientas que les hagan desarrollarse plenamente. Merecen que les demos espacios para que tengan opciones. Es nuestra responsabilidad ser creativos para atraer su interés y no relegarles a lonjas donde pasan las horas, a veces por falta de alternativa.
Necesitamos un Ayuntamiento creativo, sin miedo a intentarlo, con ilusión, y que trabaje desde la cercanía, sintiendo el cariño necesario para poder empujar a este pueblo hacía algo mejor. Recuperar lo mejor de nuestro pasado, las calles y la cohesión, para disfrutar de nuestro futuro. Esa es la clave.
Maria Oñate Ereñaga
Trabajadora Social. Número 4 como independiente en la Candidatura Municipalista de Herriaren Eskubidea
“La adolescencia es una etapa que debe vivirse con intensidad, con ilusión, con energía… La apatía que yo vi en algunas caras al decirme que nadie pensaba en ellos me dolió, profundamente. Porque sí hay quienes pensamos en ellos y ellas. De hecho, creo que somos muchas las personas que lo hacemos, aunque me temo que no hemos sabido defenderlo”, dice María y yo me pregunto si esa falta de energía e ilusión es una característica de la juventud actual o si por el contrario ha sido, es y será una aracterística constante de la personalidad de los jóvenes de esa edad derivada de eso precisamente, de su edad. Si medir es comparar ¿tenemos medida la actitud de los jóvenes de pasadas épocas?
Muy buena la iniciativa. Los crìos suelen ir a inglés, deporte y/o mùsica desde los cuatro años. En vacaciones van a actividades varias para cubrir las horas. A pesar de que sean jòvenes, es lògico que a los catorce estén ya agotados.
Bienvenidos al club. La insatisfacción es general. Cada uno en su lugar. Tanto ancianos, como adultos, como adolescentes. Nunca se ha pensado en la situación de la juventud. Siempre se han organizado ellos mismos, bien por un gazteche, bien por cruz roja, bien por eskaut, etc, etc. En lo que tienen que pensar es en su bienestar como adultos.
-Primero, trabajo estable.
-Segundo, vivienda social.
-Tercero, ayudas para fomentar natalidad.
Solo así se puede tener una sociedad sana, con servicios públicos de calidad, pero no destinar recursos sin ton ni son. Cómo se ha echo hasta ahora. Tener un proyecto para el futuro. No con el día a día. Con altura de miras y vocación pública.
Totalmente de acuerdo con el artículo. Es responsabilidad nuestra poder facilitarles caminos, y confiar más en su potencial. Es una etapa compleja, pero hemos pasado por ahí y a veces se nos olvida. También es un logro poder conectar con algun@s de ellos, porque eso puede mover a más gente de su edad. No se trata de darles todo hecho en cuanto a oferta sociocultural, pero al menos dar oportunidades en las que desarrollarse y fomentar una relación sana y enriquecedora entre ellos. Es de carácter urgente que se mire por ellos, porque son el futuro de pueblo, y porque así podemos esquivar realidades que no hacen ningún bien: adicción a las apuestas, al móvil, apatía,…
Si María ha hecho un sondeo, y hay unas respuestas, es justo que se empiece a trabajar para dar una salida a lo que necesitan y desean en el pueblo. Que se sientan representados, escuchados. Que lo que piensan importa.
No se donde queda el limite de esta candidatura. Como dice Rogelio, preocuparse por la adolescencia, que aún no vota, habla de la calidad de las personas que estais, trabajando (duro seguro) en esos planes de Juventud, tenemos ganas de verlos desarrollados.
Si, invita a soñar la verdad.
#Aurreramaria.
Gracias por el trabajo desarrollado, tanto en Durangoko familiak, como ahora en tu faceta de tomar el testigo y entrar a que nadie haga política por nosotros.
Esto es exactamente lo que durango necesita, no tanto marketing barato de invitar a cañas y posturear en RRSS. Vosotros, desde Herriaren eskubidea, lleváis años hablando con la gente, en todas partes, en la calle. Hablando de problemas, hablando de necesidades, individuales y sociales. Y que alguien se acuerde de ese coletivo (que no vota, todo hay que decir) demuestra la implicación y preocupación reales de la candidatura. A mi, me hacéis soñar con un cambio que devuelva el ayuntamiento al pueblo. Que se abran las puertas y las ventanas. Gracias, María, por hacernos soñar.
Efectivamente la apatía está instalada en la juventud.
Pero creo que los mayores somos responsables en gran parte de ella.
Los niños deben aprender a aburrirse porque del aburrimiento es de donde surgen las ideas y las iniciativas para divertirse.
Los jóvenes dicen que nadie piensa en ellos, y es porque entienden que la diversión y el entretenimiento les tiene que venir organizado.
Sé que esto es generalizar y me criticareis por ello, pero aunque esta bien darles espacios y recursos son ellos quienes tienen que hacer las propuestas y trabajar para sacarlas adelante.
La idea sería facilitar recursos donde ellos puedan participar activamente tanto en ideas, organización como en el desarrollo de talleres, actividades… Ofrecer espacios y destinar recursos no significa darles todo masticado. Precisamente el objetivo sería activar su iniciativa y su participación. Obviamente dar todo hecho no parece lo más adecuado pero entre eso y la nada hay mucho (utilizando la exageración claro)
Un ayuntamiento que se ocupe de los problemas colectivos y sociales de sus habitantes, de sus colectivos, de su municipio.
Los niños de ahora son blanditos y tontitos gracias a sus padres. Tienen todo lo que quieren muy fácilmente, aunque tampoco vamos a generalizar.
Lo primero que deben interiorizar es asumir que en esta vida todo tiene un precio derivado del esfuerzo.
Aquello que les ofrezcamos debe desembocar en algo que tienen que aprender a ganárselo con cierto nivel de sacrificio y que repercutirá en su propia autoestima. El resto, pan para hoy y hambre para mañana.
Genios salen pocos pero podría haber más. Todo es cuestión de empeño.